Glovo se alimenta de migrantes ilegales a pesar de la ‘Ley Rider’

«Busco para alquilar y trabajar cuenta Glovo Madrid modo moto para todos los días en zona: Torrelodones, Majadahonda, Galapagar, La Navata, las rozas…», es un mensaje de tantos que aparece en un grupo de Facebook dedicado al alquiler de cuentas en Glovo, Uber Eats y demás servicios de entrega que existen en Madrid y el resto de España.

Si bien, en teoría, la empresa no permite el alquiler de cuentas, ya que va en contra de la «ley Rider», lo fácil que es conseguir este tipo de anuncios hace evidente que siguen sin tomar medidas para controlar este problema.

La mayoría de quienes alquilan las cuentas, que a pesar de como debe funcionar la aplicación, deben seguir el horario marcado por el titular y además muchos de ellos no tienen papeles, por lo que no pueden darse de alta como autónomos. Por tanto, el alquilar la cuenta a un titular, que se queda con una comisión de 20% o 30% de los ingresos que generaría la cuenta, aunque es cierto que se pueden conseguir opciones por más o por menos. 

Es una situación delicada. La otra realidad es que si la empresa decidiera poner la lupa sobre este tipo de repartidores podrían dejar a varios usuarios sin su sustento económico. Si bien es importante buscar formas de regularizar la situación, si se pone el control sobre los alquileres de cuentas sin pensar en este efecto pueden generar un nuevo problema, pero además valdría la pena que se pusiera la lupa para buscar posibles soluciones a este tipo de medidas. 

Alquiler Glovo
Ejemplo de anuncio del grupo «Riders Madrid» en Facebook

Lo cierto es que la propia Glovo ya ha sido sancionada por este tipo de prácticas. A principios de 2023 la multa alcanzó los 200 millones de euros, pero aunque es complicado tener un número exacto, solo hace falta acercarse a algunos de los restaurantes donde hay acumulación de «riders» para darse cuenta de que muchos de ellos son de los que pagan esta comisión por las cuentas y también se hace evidente que su lugar de origen se mantiene variando. 

Venezuela, Perú, Marruecos, países en crisis con altas tasas de migrantes y que en muchos casos incluyen viajeros que no tienen ni los documentos ni los contactos para poder ubicar un mejor trabajo que alquilar una cuenta en Glovo. Es cierto que no es el único negocio actual que tiene un alto porcentaje de su plantilla formado por migrantes sin documentos, que, por tanto, no pagan impuestos y no requieren que la empresa pague por seguridad social, aunque al igual que Glovo y sus competidores, se ponen en riesgo de sufrir un castigo durante una revisión de trabajo. 

ASUMIR RIESGOS PARA MANTENER LA CUENTA ALQUILADA

Para los «Riders» que trabajan con una cuenta alquilada, uno de los grandes problemas es que a diferencia de otros repartidores no tienen ninguna decisión sobre su horario, deben cumplir con el que aceptó el dueño de la cuenta. A esto se suma que dado que no trabajan con la cuenta, la mayoría asume el trabajo todos los días, a diferencia de lo que ofrecen Glovo y Uber Eats cuando se llena el cuestionario para trabajar como repartidor. 

A esto se suma que deben salir a trabajar en días de riesgo, por lluvia o con ola de calor, puesto que la decisión no es de ellos y que el dueño de la cuenta puede buscar otro «inquilino», si no está contento con la situación. Es una realidad difícil de asumir y es complicado resolver la situación sin castigar y lanzar a estos trabajadores a un paro en el que, al no ser españoles, no tienen ninguna de las redes de seguridad que ofrece el estado. 

LOS NEGOCIOS QUE NACEN CON EL ALQUILER DE CUENTAS EN GLOVO

El otro punto a tomar en cuenta es que al dejar de trabajar como ‘Riders’ muchos de estos trabajadores ponen en venta no solo las bicicletas o motos que usaban al trabajar, sino también algunos insumos que usualmente entregan las empresas para los trabajadores. De hecho, al entrar al grupo de «Riders Madrid» en Facebook se hace evidente que uno de los más comunes es la compra y venta de las mochilas térmicas que usan en su trabajo. 

Pero las bicicletas usadas por los repartidores, que por su situación suelen necesitar mucho mantenimiento, también son una oportunidad de negocio para los que alquilan las cuentas y consiguen otro trabajo más estable. Es una opción para ganar un extra, sobre todo para trabajadores que se mantienen muchas veces cerca de la línea de la pobreza. 

En cualquier caso, es una situación complicada de resolver sin dejar a estos trabajadores sin su forma de sustento. Aunque el instinto al leer sobre esto puede ser pensar en cerrar la empresa o acabar con estos contratos, la realidad es que es un problema derivado de la cantidad de migrantes ilegales que entran a España y que al no poder regularizar su situación deben resolver el mes a mes de la mejor forma posible.