Veintiuno: «Una banda en el escenario es un equilibrista que se puede caer»

Las bandas no pasan por su mejor momento. Es algo que desde Veintiuno repiten una y otra vez, incluso en la introducción de su reciente disco: ‘El arte de perder’. Una colección de 11 canciones que construye sonidos pop desde una filosofía indie, es decir es accesible pero no parece demasiado preocupada por entrar en la radio.

Pero aun así han conseguido éxito y un crecimiento constante que mantienen ahora. Apoyados en el sencillo ‘La vida moderna’ el disco es su trabajo más exitoso hasta la fecha, lo que hace que sea un buen momento para que Diego Arroyo, su vocalista y principal compositor, se tomará el tiempo de hablar con Diario Que! y entrar en profundidad en lo que simboliza el disco y ser parte de una banda en 2023.

‘EL ARTE DE PERDER’

Pregunta: El disco tiene ya un mes en la calle ¿Cómo ha sido la recepción?

R: Soy malísimo con las fechas, pero creo que sí que es un mes. Pues muy bien, la verdad aunque entiendo que todo el mundo dice eso. Nadie empieza una entrevista diciendo, «ha sido desastroso y nos queremos morir». Pero es verdad que a nosotros nos está yendo muy bien y a la gente le ha gustado mucho.

Cuando lo han visto, lo han podido escuchar entero, como que se han entendido ciertas premisas que estaban en las canciones anteriores, pero que al ser cinco singles separados en el tiempo, pues era más difícil verlo en conjunto y de momento parece que para la crítica es el disco que más les gusta. Entonces, pues mira, muy contento, la verdad. 

P: El sencillo ‘La vida moderna’ se ha vuelto todo un himno para ustedes ¿Cómo nace la canción?

R: Bueno, la composición fue algo muy fortuito y de estas casualidades cósmicas maravillosas que no sabes de dónde vienen, fue en un taller de composición que organizaron Héctor Urién y Jorge Drexler en el que nos juntaron a varias autoras y autores para ir probando formatos de canción y formatos poéticos para dar lugar a canciones, en el que ellos también participaban, aparte de haberlo instigado. Semanalmente, trabajamos con una forma poética diferente de la que construimos una canción.

La semana que hacíamos octosílabos, que es algo que es muy rastreable porque ‘La Vida Moderna’ es una canción escrita completamente en octosílabos y yo tenía como la idea de una canción que expresara antitéticamente en las estrofas lo que odio de la vida moderna y en los estribillos algo que hace que me dé igual la vida moderna o la vida que vivo. 

Entonces llevé lo que hoy en día es la canción, sin terminar, por supuesto, tenía otras frases y algunas cosas que no estaban terminadas y esa fue la primera semana de taller en la que Jorge me dijo, «¿puedes volver a tocar esto?, esto me ha gustado mucho». Se quedó hablando de ciertos detalles de la letra y me animó a terminar.

Entonces, claro, yo estoy en una banda en la que aunque escribo yo las canciones, le tiene que gustar a los chicos para estar dispuestos a trabajar. Lo siguiente fue que yo entré a todas las conversaciones del nuevo repertorio diciendo, esta es la canción que le ha gustado a Drexler. 

El día que la estábamos grabando en el estudio con Fluren Ferrer y Santos Berrocal (productores del disco), vino Julián de Love of Lesbian a saludar, sabía que nosotros estábamos por allí y tal, y yo estaba en la cabina grabando las voces cuando iba de salida, me dijo: «oye, ¿cuál era la canción que estabas grabando cuando he llegado? Que me ha llamado mucho la atención», me encanta, y le dije, pues mira, se llama ‘La Vida Moderna’ y ahora que lo mencionas nos falta otra voz.

P: Hay una frase que se ha vuelto la más conocida de la canción: «llaman poliamor a los cuernos de siempre», ¿de dónde vino? ¿Quién tiene la culpa de esa frase?

R: Bueno, nunca hay un único culpable o una única culpable. Siempre tiendo a la ironía de manera muy automática en la música, sobre todo en las canciones más emocionales por qué me parece que me permite poner algo de distancia y aligerar el tono. Es una canción que habla sobre diferentes tipos de relación humana, no solo de pareja, pero en ese momento tenía mucha gente alrededor y de verdad que mucha, más de tres casos de relaciones abiertas o hipotéticamente abiertas en que en realidad una de las partes no tenía ni idea de que la relación estaba abierta.

Tengo una amiga que lo llama relación callejón sin salida y me resultó muy divertida la idea de que, y tiene mucho que ver con la canción, era una de las cosas seductoras de ‘La vida moderna’: que llamamos moderno algo que es más antiguo que el tiempo, que son las relaciones abiertas y el poliamor, pero además que en el ánimo de ser modernos y como de establecer patrones de relación diferentes al tradicional, al final como lo que no hemos aprendido es a comunicarnos, muchas veces acabamos haciendo exactamente lo mismo.

Yo no tengo ningún problema con el poliamor, me parece estupendo pero se supone que tú estableces una serie de pactos y de condiciones para tener una relación abierta. Hombre, si no las estableces, perdóname, son cuernos como toda la puta vida.

P: Ustedes son la historia ideal de un grupo que ha conseguido el éxito por internet ¿Creen que el internet sea bueno para la música?

El Internet le ha dado la existencia a muchísimos proyectos que no tendrían existencia si no fuese por Internet, eso es la parte buena. Lo malo es que la oferta es infinita y lanzas tu música a un mar en el que, además, te fiche quien te fiche, lo que espera de ti es que el primero que vende tu música eres tú.

Los músicos actuales en lugar de centrarnos, como en las generaciones anteriores, hoy en día tenemos que ser el artista a ser posible, pero no necesariamente el compositor de nuestro material, luego el jefe de marketing, el planificador, la prensa, la persona que hace redes sociales, que hace tus propios vídeos y tu dirección artística, porque eso es lo que ha traído Internet, la democratización.  En teoría, todo esto en teoría.

VEINTIUNO: EQUILIBRISTAS EN EL ESCENARIO

P: Más allá de ustedes hay una interesante movida de artistas y bandas nuevas en España con grupos como Arde Bogotá, Shinova y Ginebras ¿Que espacio ocupan las bandas en el panorama actual?

El espacio que ocupan las bandas es que el único sitio en el que somos preponderantes y podemos demostrar cuál es la diferencia ontológica que marca una banda con respecto a cualquier otro producto musical, es que somos un grupo de personas que se ponen de acuerdo para tocar siempre juntas y para hacer canciones siempre juntas y que luego las defendemos en directo, no contratamos a otra gente para que las defienda por nosotros, somos colectivos de peña que se encabezan en tocar juntos

Por esa misma estructura de pensamiento y de desarrollo, por cómo funciona la industria ahora mismo, estamos relegados fuera de los circuitos mainstream, porque tú por ejemplo no puedes encontrar el Top 50 España de Spotify, lo he mirado esta misma mañana, sigue sin poder encontrar a ninguna sola banda, en la pasada gala de los 40 había un total de cero bandas entre nominados y ganadores y esa es la industria en la que vivimos.

P: En esa circunstancia ¿Por qué la gente sigue descubriendo bandas?

R: ¿Por qué? Pues mira, creo que porque en la música en directo, que es lo que es una banda en sí misma, una banda tiene la idea de la música en directo en su ADN, para una banda no tiene tanto sentido, la única vía no es sentarse delante de una laptop, en un programa de grabación en un ordenador para cantar sobre una base y hacer una canción, lo podemos hacer y lo hacemos, pero hay otra cosa que podemos hacer que es algo muy primario, con lo que nos hemos juntado todas las bandas que existen, que es meternos en una habitación con instrumentos musicales y tocar música con ellos.

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Eso es algo que sigue siendo muy valioso de ver en una era en la que tú puedes hacer música perfecta o incluso que te la produzca una IA y que la distribuyes digitalmente y ya sucede, o incluso escuchar en la radio una canción que ha sido grabada con inteligencia artificial sobre la que solo se ha puesto la voz de un ser humano que ha sacado la letra de una IA, eso puede llegar a suceder, pero lo que no puede suceder es que una IA se ponga encima de un escenario, se ponga a cantar y a tocar y sufra el riesgo de equivocarse y hoy en día lo que diferencia a una banda es que lo que tú estás pagando es lo mismo que pagas cuando pagas una entrada del Circo del Sol, estás pagando por ver a un equilibrista que se puede caer.