¿Qué cenan por Navidad en los diferentes países del mundo?

Cuando llega la Navidad, las mesas se engalanan con una variedad de platos que invitan al deleite y la convivencia. En esta festividad, cada país revela una parte de su cultura a través de los sabores y las tradiciones que lleva a la mesa. Desde el ave rellena de Norteamérica hasta los dulces y pescados de Europa, las cenas de Navidad se convierten en un mosaico de costumbres y recetas que aderezan la celebración con un espíritu único.

Con la visión del periodista digital y un recorrido por diversos países, destacamos en pocas palabras la esencia que caracteriza estas fechas en cuanto a gastronomía se refiere.

TRADICIONES EUROPEAS EN NAVIDAD

Tradiciones Europeas

Europa, cuna de innumerables tradiciones navideñas, tiene en su haber una diversidad de platos que reflejan su riqueza cultural. En países como España, no puede faltar en la mesa el cordero asado, el cochinillo o la gama de mariscos, que se engrandecen con recetas familiares transmitidas de generación en generación. En el norte del continente, en naciones como Alemania, el ganso asado, acompañado de Knödel (bolas de masa hervida) y repollo rojo, marca la festividad con sabores ubicuos y acogedores. Italia, por su parte, aporta a la nochebuena con su famoso «Feast of the Seven Fishes» o «Festa dei sette pesci», destacando platos como el bacalao o la langosta, representando la abundancia y las creencias religiosas.

Francia, a través de su «Réveillon», nos transporta a una cena llena de refinamiento y elegancia, donde el foie gras, los mariscos y el tradicional «bûche de Noël», un pastel en forma de tronco, se convierten en el epítome de la gastronomía navideña. En el este europeo, en Polonia, la «Wigilia» o cena de la vigilia, se caracteriza por tener una oferta de doce platos diferentes, cada uno simbolizando un mes del año y enfocándose en pescados, vegetales y granos, en señal de respeto a la tradición católica de ayuno previo.

FESTIVIDADES NORTEAMERICANAS

En Norteamérica, específicamente en Estados Unidos y Canadá, el plato principal suele ser el pavo horneado, a menudo relleno de pan, hierbas y a veces castañas o manzanas, que se lleva los aplausos durante la cena. Acompañándolo, no faltan los arándanos en diversas preparaciones, las batatas dulces y el infaltable «stuffing», que adereza la experiencia con sabores hogareños. En algunas zonas se suma al menú el jamón glaseado, que aporta un punto dulzón gracias a su costra de miel o azúcar moreno, y las mazorcas de maíz, que recuerdan las raíces agrícolas del país.

En la variedad de postres, la tarta de calabaza y el pastel de nueces pecán se destacan, concluyendo la cena con notas dulces y especiadas, típicas de la temporada. Además, una tradición que se ha arraigado con fuerza en muchos hogares es el «Eggnog», una bebida cremosa a base de huevo, leche, azúcar y especias, que suele tomarse en las reuniones como brindis de buen augurio.

CORTEJO GASTRONÓMICO LATINOAMERICANO

Cortejo Gastronómico Latinoamericano

Cruzando el ecuador, América Latina entrega una explosión de sabores en su vasta geografía. En México, la influencia prehispánica y española se funde en los «tamales», masa de maíz rellena que se cocina envuelta en hojas de maíz, y que acompañan a otros platos fuertes como el pavo y el «bacalao a la vizcaína». La cena se perfuma con especias y el inconfundible olor del ponche de frutas caliente, lleno de sabores como guayaba, tamarindo y caña de azúcar.

Argentina, por su clima estival durante la Navidad, suele decantarse por asados al aire libre, en los que el cordero patagónico y el chorizo criollo son estrellas. No son raras las preparaciones que incluyen pescados y ensaladas frescas, acorde al calor del verano austral. La mesa de dulces en muchos países de América Latina tiende a incluir el «panetón» o «pan dulce», originario de Italia, pero que se ha adaptado al gusto local con inclusiones de frutas secas o chispas de chocolate.

Los venezolanos, durante la «Nochebuena», se deleitan con su plato nacional, la «hallaca», una masa de maíz rellena de un guiso de carne y aderezada con pasas, aceitunas y alcaparras, todo envuelto en hojas de plátano. En esta región, la mezcla de influencias europeas, africanas e indígenas es palpable no solo en la cena sino en las canciones y los bailes que complementan la velada.

Palabra por palabra, plato por plato, la cena de Navidad es el crisol en el que se derrite la identidad de cada país, haciendo de esta fiesta una oportunidad para homenajear nuestras raíces a través de la gastronomía. Con cada bocado, la memoria colectiva se revitaliza y la esencia de lo que somos se celebra en un festín de sabores y alegría.

ASIA: UN BANQUETE DE DIVERSIDAD

El continente asiático, con su vasto espectro de culturas, ofrece una reinterpretación de la Navidad que, pese a no ser una festividad mayoritariamente nativa, exhibe adaptaciones gastronómicas de gran interés. En Filipinas, donde la influencia hispánica dejó una profunda huella, se prepara el «Noche Buena» con el jamón endulzado «Jamon de Bola» y el «queso de bola», manjares que se comparten al calor de la medianoche. Japón, por su parte, ha popularizado la costumbre de consumir pollo frito, gracias a una exitosa campaña de marketing que caló hondo en la sociedad, convirtiendo un menú de cadena rápida en una tradición navideña.

En la India, un país mayoritariamente no cristiano, la celebración de la Navidad es igualmente colorida, con un enfoque en los dulces como el «kulkuls», crispaciones endulzadas y rizadas que adornan las mesas navideñas. En Corea del Sur, donde el cristianismo tiene una presencia significativa, el pastel de Navidad y el pollo comparten protagonismo, mostrando cómo la cultura occidental se ha fusionado con la hospitalidad coreana.

RESONANCIAS DE LOS SABORES OCEÁNICOS

Resonancias De Los Sabores Oceánicos

Si viajamos hasta Oceanía, nos encontramos con celebraciones que gozan de un marcado carácter estival debido a su posición en el hemisferio sur. Australia y Nueva Zelanda celebran estas fechas con barbacoas al aire libre, donde destacan los mariscos, especialmente los camarones, y las carnes a la parrilla. Un plato emblemático es el «pavlova», un merengue crujiente y esponjoso, coronado con frutas frescas, un dulce homenaje a la bailarina Anna Pávlova.

En contraste con la nieve y el frío de muchas imágenes navideñas tradicionales, aquí, las olas y el sol son los acompañantes de una festividad que celebra en chanclas y sombreros de ala ancha.

ÁFRICA: UN MOSAICO DE TRADICIONES

África, un continente con una rica amalgama de culturas, ofrece igualmente una diversidad de prácticas culinarias durante la Navidad. Países con fuerte herencia cristiana como Etiopía celebran con platos como el «doro wat», un potente guiso de pollo servido con pan «injera», que actúa como tela comestible para envolver los bocados picantes. En Sudáfrica, la influencia británica y holandesa se palpa en las cenas de Navidad, donde abren paso desde los asados hasta los platos de mariscos, pasando por ensaladas frescas y acompañamientos frutales. El colorido de los mercados navideños donde se ofrece fruta de la pasión, mangos y piñas refleja la exuberancia de una naturaleza generosa que se expresa en cada comida.

Las cenas de Navidad son, en definitiva, una ventana a la identidad cultural de cada lugar. Cada plato cuenta una historia, cada sabor lleva impreso un capítulo de la historia de un pueblo. En este viaje gastronómico, hemos recorrido una parte del mundo, falta mucho por descubrir, saborear y entender. Es la diversidad y riqueza de la humanidad lo que nos invita a sentarnos en una mesa que, aunque diferente en cada rincón del planeta, es igualmente un símbolo de unión, gratitud y celebración.