Elon Musk, ante una grave crisis por culpa de Twitter

-

La plataforma social X, anteriormente conocida como Twitter hasta el cambio de nombre decidido por su propietario, el magnate Elon Musk, podría estar enfrentando una amenaza inminente de suspensión de pagos. Esta perspectiva es compartida por diversos analistas de Wall Street, gran parte de la prensa financiera estadounidense y, en cierto sentido, por el propio Elon Musk, aunque este último punto depende de las sustancias consumidas (literalmente) por el hombre más rico del mundo en ese día.

Image 38 5

2
Cada vez surgen más problemas

No obstante, los anunciantes representan solo una faceta de los problemas que aquejan a Twitter. El sistema de suscripciones ideado por Musk para esta plataforma apenas contribuye con un máximo de 125 millones de dólares (114 millones de euros) anuales, según informa Bloomberg. Además, se suma la venta de datos de usuarios de Twitter a terceras empresas, una fuente que generaba aproximadamente 575 millones de dólares (527 millones de euros) antes de la adquisición por parte de Musk en 2022. Sin embargo, el número de visitas a Twitter ha experimentado una disminución del 13% en el último año, y su audiencia presenta un aumento en el porcentaje de usuarios afiliados a corrientes neonazis, antisemitas, racistas y seguidores de teorías conspirativas, lo que dificulta el interés de las empresas en comprar datos de Twitter como en el pasado.

Estos factores han reducido la facturación de Twitter a alrededor de 3,000 millones de dólares, lo que representa un 40% de los ingresos que la plataforma obtenía cuando Musk la adquirió en octubre de 2022. En aquel entonces, la empresa ya operaba en pérdidas, y Twitter ha sido prácticamente incapaz de ser rentable. Ahora, con ingresos considerablemente menores y a pesar de la reducción de dos tercios de la plantilla por parte de Musk, los números rojos parecen inevitablemente más acentuados.

Esto nos lleva al segundo aspecto: la situación financiera de la empresa. Twitter enfrenta una deuda de 13,000 millones de dólares (casi 12,000 millones de euros) contraída con siete bancos (tres estadounidenses, dos franceses, dos japoneses y uno británico) por la propia empresa para «autocomprarse» cuando Musk la adquirió. Esto significa que el colateral para estos créditos es la propia Twitter. No obstante, al comprar Twitter, Musk lo hizo por un precio de 44,000 millones de dólares, aceptado por esos bancos. Sin embargo, en la última valoración del plan de acciones para los empleados, Twitter ahora valora la empresa en 19,000 millones de dólares (17,440 millones de euros).

La gestión de Musk ha provocado una caída del 57% en el valor de la compañía en los últimos doce meses, lo cual representa un dilema para los bancos. Los activos de la empresa que valían 13,000 millones en octubre del año pasado ahora, según la propia valoración de Twitter, equivalen a 5,800 millones. Esto conlleva un problema para los bancos, ya que no pueden vender esos créditos a menos que sea con un descuento considerable, por lo que deben mantenerlos en sus balances, acumulando pérdidas.

No obstante, esa deuda de 13,000 millones genera intereses, y Twitter no cuenta con los recursos para cubrir ni siquiera el alquiler de sus sedes, que de hecho no ha abonado en varios meses de este año. Vicky Bryan, conocida pesimista financiera en el argot de Wall Street, ha señalado en su página de Substack que, tras el aumento de tasas de la Reserva Federal, Twitter podría estar enfrentando pagos de intereses que oscilan entre 1,300 y 1,500 millones de dólares (de 1,200 a 1,375 millones de euros) a los bancos. La pregunta que surge es: ¿de dónde provendrá ese dinero? La respuesta parece recaer en el bolsillo de Musk.

Siguiente