‘Godzilla Minus One’: La necesidad de mantener los mitos

Godzilla es uno de los mitos clave del Japón moderno. Aunque desde afuera, y sin ver las cintas clásicas de la saga, es fácil pensar que se trata solo de un lagarto gigante que pasa por encima de Tokio destruyendo todo a su paso, pero en realidad el monstruo gigante más conocido de todos fue pensado como una alegoría al horror de las bombas atómicas, y de las cicatrices permanentes que dejaron en la mente del pueblo japonés.

Desde el film original dirigido por el legendario Ishirō Honda, uno de los directores clave en la creación de la industria de cine nipona, el monstruo siempre ha sido más una metáfora de la cruel realidad que en ocasiones enfrenta el pueblo japonés. Desde servir como una referencia al abandono de las autoridades japonesas a los veteranos de las guerras en ‘Godzilla, Mothra and King Ghidorah: Giant Monsters All-Out Attack’, pasando por el terror al Tsunami de 2011 representado por el monstruo de ‘Shin Godzilla’ de 2016.

Esto se mantiene en la nueva ‘Godzilla: Minus One’ de Takashi Yamazaki. Es de hecho una transformación interesante, mientras que la primera cinta de 1958 habla sobre el terror en el que la bomba encerró al país, esta nueva entrega intenta enfrentar la realidad del mal manejo de la guerra hecho por el país, y de su mala elección de aliados. Es una apuesta interesante que vibra precisamente por tener protagonistas humanos interesantes, algo que aún hoy es extraño en la franquicia. 

Pero más allá del caso de esta cinta en particular, lo interesante de la cinta es que sirve como ejemplo de cómo se crean las mitologías modernas. Es el mismo caso de occidente con Superman o Batman, historias cuyo origen es conocido, pero que se cuentan una y otra vez con detalles nuevos que representan las inquietudes de la nueva realidad en la que se cuentan. Es el motivo por el que volvemos una y otra vez a las franquicias, además de los estudios codiciosos, y por qué hoy siguen habiendo guionistas y directores que se acercan a estas historias con la disposición de hacer algo original.

GODZILLA: 60 AÑOS DEL MONSTRUO

Tiene sentido que la nueva cinta esté tan cerca del tono y estilo de la original. En un principio, esta entrega de Godzilla debía llegar a la pantalla en 2022, pero fue anunciada en 2018, como primera nueva cinta japonesa de la franquicia, después del acuerdo con legendary pictures, el estudio encargado del ‘Monsterverse’ norteamericano y parte de la celebración de los 60 años del primer estreno de la franquicia. Por supuesto, la producción se retrasó debido a la pandemia y la película no pudo llegar a la pantalla hasta ahora.

Es interesante ver la historia transformada, del terror externo a la autocrítica. Es quizás el mejor argumento a favor del cine de espectáculo a gran escala, poder ver al pasado y entender los errores que se cometieron en él. Es que aunque cintas como ‘Los asesinos de la luna’ de Scorsese sean mejores y más profundas, es más fácil digerir la oscuridad si viene con algo de escapismo. Esa es la maravilla de la nueva cinta, permitir a Japón revisar sus errores sin renunciar a la posibilidad de escapar de su realidad prometida por el cine de franquicia.

REINVENTARSE PARA SOBREVIVIR

También es bueno señalar que a pesar de volver una y otra vez a la misma historia base, ‘Godzilla: Minus One‘ es también una demostración de la capacidad del personaje para reinventarse. Esto es una pieza clave del rompecabezas de cualquier franquicia que siga existiendo después de más de 50 años. Es cierto que el monstruo ha protagonizado comedias, cintas animadas y cine de acción con la misma facilidad que ha estado en el centro de películas de terror.

Godzilla Minus One

Este regreso a sus orígenes, pero que no ignora el cambio en la forma de hacer cine de estos últimos años. Si ‘Shin Godzilla’ de Hideaki Anno servía como una crítica y un aplauso a los esfuerzos de Japón tras el tsunami, esta señala la complicada relación del país con la guerra, y su dificultad para asumir su parte de la culpa.