Especial 20 Aniversario

Te contamos dónde se encuentra el río subterráneo navegable más largo de Europa y cuándo visitarlo

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La Gruta de San José, conocida también como la cueva de Sant Josep, está ubicada en el municipio de la Vall de Uxó, en la Costa de Azahar, en proximidad al Parque Natural de la Sierra de Espadán. En el interior de esta gruta se halla el río subterráneo navegable más extenso de Europa, ofreciendo un fascinante espectáculo para aquellos que se aventuran en sus aguas. Es un viaje hacia las profundidades de la Tierra que permite apreciar este valioso patrimonio cultural y geológico.

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Visitar la cueva de Sant Josep

La entrada a la cueva de Sant Josep ha sido adaptada como un muelle para la visita turística a la gruta. Desde este punto, un barquero guía las pequeñas embarcaciones a lo largo de una travesía de unos 40 minutos, cubriendo una distancia de 800 metros, ya que los 250 metros restantes de la visita están reservados para la Galería Seca. Este espacio se presenta como un entorno misterioso y, sobre todo, silencioso, donde el agua ha esculpido caprichosamente las rocas a lo largo de milenios, dando forma a estructuras sorprendentes. Así, desde el muelle se inicia un recorrido que conduce a la sala de los Murciélagos, la primera de las grandes salas, denominada así por la abundancia de murciélagos que habitaban antiguamente en este espacio.

Destaca su bóveda, adornada con miles de formas moldeadas por el agua. Tras abandonar esta sala y atravesar el Paseo de los Enamorados, se llega al Lago de Diana, con cinco metros de profundidad, caracterizado por tonos verdes debido al musgo que crece en áreas sombrías, aunque se ilumina artificialmente.

Después, se alcanza la Boca del Forn, un antiguo sifón ampliado artificialmente. Pasada esta galería, se llega a otro paso estrecho, la Galería de los Sifones, un antiguo sifón inundado con 60 metros de longitud, que constituye el túnel artificial más extenso del recorrido. Aquí habita una especie de crustáceo exclusiva de estos espacios naturales. Al recorrer los 250 metros a pie a través de un pasillo guiado por las rocas, se llega a otro muelle. Antes de regresar a la embarcación, se puede vislumbrar el comienzo de un túnel oscuro que conduce a la parte de la cueva ya explorada pero cerrada al público. En total, se recorren unos 1950 metros, donde se guarda el secreto del origen del manantial subterráneo de esta cueva, una zona que solo unos pocos, principalmente espeleólogos y expertos, han tenido la oportunidad de explorar.

Antes de concluir la visita, de vuelta en la barca, se puede contemplar la zona conocida como La Catedral, que destaca por su bóveda de 12 metros de altura. Aquí, en toda la sala, se pueden observar estalactitas tan singulares como La Medusa, evocando la forma de este animal.

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