Historia, gastronomía y vinos a unos pasitos de Valencia en una ruta que no te puedes perder

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A escasa distancia de Valencia, se despliega un pequeño paraíso que deleita todos los sentidos. Una sugerencia implícita para adentrarse en sus impresionantes paisajes de bosques y viñedos, explorar la cautivadora arquitectura y saborear los reconfortantes platos de cuchara que evocan la calidez del hogar. En Tierra Bobal, el aroma del vino se convierte en el hilo conductor que armoniza todas estas sensaciones, creando una melodía perfecta.

Tierra Bobal alberga la prestigiosa denominación de origen Utiel-Requena, cuyos vinos destacan no solo por su calidad y sabor excepcionales, sino también por su rica historia. La uva bobal, que define esta región, cautiva a los visitantes con su tono intenso y matices complejos que evocan la frescura de los frutos rojos y la calidez de las especias. En esta inmersión en la ruta del vino por Tierra Bobal, se puede disfrutar de una cata de este valioso néctar carmesí mientras os dejáis seducir por los encantos de un oasis valenciano repleto de experiencias por descubrir.

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Historia, gastronomía y vinos a unos pasitos de Valencia

La tierra del vino

En la tierra de Tierra Bobal, el vino fluye como un río entre prados e historias entrelazadas. Para sumergirse en esta experiencia, basta con acercarse a cualquiera de sus nueve encantadores municipios: Camporrobles, Caudete de las Fuentes, Chera, Fuenterrobles, Requena, Sinarcas, Utiel, Venta del Moro y Villargordo del Cabriel.

Entre los muchos encantos que ofrece esta región valenciana, destaca la presencia de lagares que fueron excavados hace más de 2500 años. Nuestra travesía comienza precisamente en esas raíces que se sumergen profundamente en los campos de colores vibrantes. Específicamente, en la Solana de las Pilillas, el yacimiento vinícola con la más antigua vocación comercial de la Península Ibérica.

Estos lagares, donde la uva era cuidadosamente pisoteada, fueron esculpidos en bloques de caliza, y a su alrededor se construyeron bodegas y almacenes. Sus vestigios descansan en un entorno natural encantador, que se puede explorar a través de diversas rutas de senderismo.

Para descubrir uno de los tesoros más impresionantes, es necesario conducir aproximadamente media hora en dirección noroeste hasta llegar al Parque Natural Hoces del Cabriel. Este pulmón verde de Valencia marca la frontera con Castilla-La Mancha, siendo el sinuoso cauce del Río Cabriel el límite natural entre ambas comunidades. Dentro de este parque natural se encuentra Venta del Moro, la capital del turismo activo de la Comunidad Valenciana.

Montañas, bosques y meandros conforman esta maravilla natural que ha sido designada como reserva de la biosfera, abarcando una asombrosa extensión de 31,446 hectáreas. Una red de senderos permite explorar las sorprendentes formas de los barrancos que se abren paso para dar paso al río. Este también es un hábitat propicio para avistar majestuosas rapaces, como el imponente águila real.

Requena, un tesoro vinícola
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Dejamos atrás la majestuosidad del Parque Natural Hoces del Cabriel para dirigirnos hacia Requena, un encantador municipio que exhala un sugerente aroma medieval. En cualquier itinerario de enoturismo por Tierra Bobal, una parada imprescindible es la visita a las cautivadoras Cuevas de la Villa. Este entramado compuesto por 22 cuevas de origen árabe conserva la esencia de eras pasadas, habiendo desempeñado diversos roles a lo largo de la historia, como el almacenamiento y la elaboración de vino. De hecho, se pueden admirar tinajas medievales que testimonian su dilatada trayectoria como bodegas subterráneas.

Ubicadas bajo el histórico Barrio de la Villa, designado Conjunto Histórico-Artístico en 1966, las Cuevas de la Villa ofrecen un viaje en el tiempo al caminar sin rumbo por sus callejones. Allí, nos maravillamos ante monumentos de belleza gótica, como la Iglesia de Santa María, y contemplamos elegantes casas señoriales junto a las ruinas de una antigua alcazaba árabe. Este barrio también invita a disfrutar de restaurantes con mucho carácter, ubicados en edificios históricos y tradicionales, donde se pueden degustar las delicias culinarias típicas de la zona, desde guisos reconfortantes como la olla de Requena o el cachulí hasta el imprescindible ajoarriero, sin olvidar las irresistibles tapas y tablas de embutidos que siempre están presentes en Tierra Bobal.

No obstante, Requena se destaca especialmente por su veneración a la vendimia. El Monumento Universal a la Vendimia, imponente con sus 18 metros de altura, es solo un ejemplo. El Museo del Vino de Requena, ubicado en el distinguido Palacio del Cid de estilo gótico, constituye una visita que vale la pena tanto por su interés enoturístico como por su valor arquitectónico.

Los aromas de Chera y Teruel
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Para aquellos que dispongan del tiempo necesario, resulta aconsejable tomar una breve desviación de unos veinte minutos en coche desde Requena para maravillarse con el esplendor del Parque Natural de Chera-Sot de Chera. Este oasis verde abarca 6451 hectáreas de desfiladeros, montañas y bosques que albergan una biodiversidad asombrosa. Ríos y cascadas de aguas cristalinas serpentean a lo largo de las apacibles rutas de senderismo, atravesando una maravilla geológica repleta de contrastes. Cabe destacar que este paraje es el único parque geológico de su índole en la Comunidad Valenciana. En el núcleo del parque yace el pintoresco municipio de Chera, presidido por un fascinante castillo del siglo XII y callejones con encanto que invitan a una exploración sin rumbo.

Tras esta experiencia refrescante, nuestra travesía vinícola por nos conduce hacia Utiel, donde nos sumergiremos en las profundidades de sus bodegas subterráneas. Se estima que alrededor de 240 bodegas se distribuyen mayoritariamente en antiguos pasadizos medievales, añadiendo una capa histórica y auténtica a la degustación de los excelentes vinos de la región.

Emergiendo a la superficie, nos dirigimos hacia el refugio antiaéreo de la Guerra Civil antes de emprender nuestro recorrido hacia la peculiar Bodega Redonda, caracterizada por su estructura circular. Este lugar alberga la sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Utiel-Requena y el Museo de la Vid y el Vino. Sus fascinantes colecciones nos sumergen en una travesía a través de la historia del vino, presentando utensilios, fotografías, paneles explicativos y una exposición de botellas en la planta superior. Indudablemente, esta parada se convierte en un imperativo en cualquier itinerario de enoturismo por Tierra Bobal.