Meta está planeando establecer modelos de pago sin publicidad en Instagram y Facebook para los usuarios europeos, según la propuesta presentada por la multinacional a los reguladores comunitarios.
Facebook, que el año pasado cambió el nombre a Meta, adquirió otras plataformas como Instagram o Whatsapp, esta última en 2014 por 22.000 millones de dólares. Se trata de una cantidad sorprendente, especialmente considerando que es una app de mensajería instantánea sencilla y gratuita, aunque también es verdad que había crecido hasta los 400 millones de usuarios en apenas 5 años.
El movimiento busca ofrecer una alternativa a aquellos usuarios que no den su consentimiento para que la compañía emplee su actividad digital para orientar y dirigir los anuncios y, de esta forma, cumplir con la normativa de la Unión Europea.
Esta alternativa de pago es para que los usuarios no den consentimiento a la publicidad de Facebook
La iniciativa se ha venido comentando a lo largo de las últimas semanas y es que, según recoge The New York Times, durante el mes de septiembre directivos de Meta presentaron el plan en reuniones con las autoridades de privacidad en Irlanda y los reguladores de competencia digital en Bruselas. Además, también se ha compartido con otros reguladores de la Unión Europea para obtener sus opiniones.
Así, Meta, al igual que otras compañías tecnológicas como Apple, ha de someterse a las directrices impuestas de la Ley Europea de Servicios Digitales (DSA).
Ya anunció el mes pasado todos los cambios que van a llegar para respetar la privacidad de los usuarios europeos y españoles, pero ahora ya está contemplando la posibilidad de que se pague una suscripción mensual por el uso de Instagram y Facebook sin anuncios.
Al ofrecer la opción entre un plan gratuito con publicidad y una suscripción de pago, cabe esperar que un importante segmento de la base de usuarios optase por el primero, quedando así a salvo el negocio publicitario de la compañía.
Un cambio de rumbo para Zuckerberg, siempre ofreciendo servicios gratuitos
La iniciativa supone un cambio de mentalidad para Mark Zuckerberg, quien siempre ha abogado por ofrecer sus principales servicios de manera gratuita y apoyados en publicidad, para que sean accesibles para personas de todos los niveles adquisitivos.
No obstante, en los últimos años, el CEO de Meta se ha mostrado abierto a la posibilidad de incluir planes de pago como vía para hacer frente al creciente escrutinio de los reguladores.
La medida se parece a la que medita poner en marcha Elon Musk, dueño de X, en su red social. Aunque, en el caso de la antigua Twitter, el motivo de exigir un pago a cambio del uso sería combatir el ejército de bots que habita en la plataforma.
Meta es uno de los seis colosos tecnológicos a los que va dirigida esa normativa, que les somete a obligaciones como tener que facilitar la interoperatividad o que los usuarios tengan la posibilidad de dar su consentimiento (o no) antes de que estas plataformas puedan intercambiar sus datos entre servicios de la misma compañía (por ejemplo entre Facebook y WhatsApp).
Meta (Facebook) cambia de lema: «Si el producto es gratis, es que el producto eres tú»
En julio, el Tribunal de Justicia Europeo prohibió a Meta combinar datos de usuarios recopilados de sus plataformas, sitios web y aplicaciones externas, a menos que obtuvieran consentimiento explícito, por lo que Meta solicitará esta autorización a partir de noviembre.
A diferencia de Twitter, el mayor punto de venta del servicio de Meta está en el aumento de visibilidad y alcance en sus algoritmos que promete ser una herramienta crucial para el negocio.
Según diferentes fuentes, unos ven en este proceder un subterfugio para ignorar la aplicación de la ley. Otros, una clara apertura de nueva línea de negocio y por lo tanto de financiación extra, ahora que las arcas de Meta no están lo boyantes que estaban hace unos años.
Las versiones de pago de Facebook e Instagram suponen el primer giro del modelo de negocio que la multinacional desde su fundación hace 20 años. Un modelo basado en la publicidad personalizada que fue el gran representante del lema «si el producto es gratis, es que el producto eres tú», que marcó el Internet 2.0.
Los suscriptores que no estén dispuestos a pagar podrán seguir con la versión gratuita de los servicios, pero deberán entregar autorización explícita para que la big tech utilice sus datos personales en estrategias publicitarias dirigidas.
