El anuncio de que la Xunta de Galicia está planteándose, y seguramente apruebe, una prohibición de venta de bebidas energéticas a menores de edad no debería ser una sorpresa. El producto desde hace años ha sido visto con suspicacia por expertos de salud y además es especialmente popular entre personas jóvenes. Su uso en la coctelería y su presencia tanto en la cultura gamer, dónde Monster ha hecho una inversión importante, como en el Hip Hop donde Red Bull es clave, las han hecho bastante populares entre adolescentes y menores de edad.
Por tanto, no debería ser una sorpresa que Galicia dé el paso de alejarla de los jóvenes. No hay duda de que hay motivos para ello, uno de los motivos es el exceso de azúcar pero, sobre todo, el de cafeína. Una lata de 250 mililitros de cualquier bebida energética comercial contiene unos 80 miligramos de cafeína, las latas de 330 ml ya superan los 100.
Parte del peligro es que muchas veces se compran latas de medio litro, que contienen unos 160 miligramos de cafeína. Así, beber solo dos latas en el transcurso de 24 horas supondría sobrepasar la dosis aguda de cafeína, que está entre los 300 y los 400 miligramos, según el peso corporal y la tolerancia de cada persona. El superar esta medida puede tener efectos directos tanto en el funcionamiento normal del sistema cardiovascular como en la salud mental, sobre todo dificultades para dormir.
Además, no suelen ser la única ingesta de cafeína y azúcar de quienes las beben. En muchos casos vienen acompañadas de café, té y chocolate durante el día, lo que puede llevar la cantidad a un número francamente preocupante. Por eso la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) recomienda que los más jóvenes no consuman ninguna de estas bebidas, que aseguran pueden relacionarse con problemas cardiacos.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) recomienda que los más jóvenes no consuman ninguna de estas bebidas
Tampoco es el primer sitio donde enfrentan circunstancias parecidas. En Francia, Dinamarca y Noruega sólo se pueden vender en farmacias, en Uruguay y Argentina se pone un límite de 20 gramos de cafeína por cada 100 mililitros, muchos menos de la media europea de 33. México prohibió del todo la venta del producto a menores de edad y en Chile, Colombia y Ecuador no se puede usar en la coctelería.
Por tanto, empresas como Red Bull, Monster o Prime de Logan Paul saben que deben lidiar con este tipo de realidades, que cada vez son más comunes. El problema es que si se empiezan a alejar de los menores de edad por este tipo de medidas las bebidas energéticas tendrán que cambiar su estrategia de marketing.
LAS BEBIDAS ENERGÉTICAS Y EL STREAMING
Vale decir que uno de los problemas que asumen estas compañías al enfrentar este tipo de limitantes es que el futuro puede apartarlos de una de sus principales fuentes de publicidad: Los streamers. Figuras como Ibai Llanos, el norteamericano Logan Paul o el controversial Xokas han tenido siempre una relación cercana con estas marcas. Hasta ahora para estas empresas era buena estrategia porque compartían el público
Es una realidad que tendrán que afrontar con este cambio de aproximación por parte de las autoridades. Es cierto que de momento se reduce a Galicia, donde de hecho aún no se ha aprobado la decisión aunque todo apunta a que ocurrirá. Pero además hay otras situaciones que les generan problemas, como el impuesto catalán sobre el azúcar, y ahora desde Andalucía se dan indicios de tomar medidas parecidas. Es un pequeño bombardeo de problemas, que sin duda apunta a que tendrán que buscar un público diferente, aunque quieran seguir anunciándose de la misma forma.
Será llamativo ver cuál es la reacción inmediata para superar el problema. En cualquier caso se trata de un cambio de paradigma para este producto, dado que algunos de sus compradores más fieles empiezan a los 12 años perderlos es un problema que notaran a mediano y largo plazo.
SERÁ NECESARIO PONER EL OJO EN LOS NÚMEROS
Habrá que ver de cerca qué ocurre con los datos de las bebidas energéticas una vez aprobada la medida, y más si se aprueban medidas parecidas en varias comunidades autónomas. La realidad es que pueden verse en una situación complicada a corto plazo, pero también es verdad que puede no pasar nada con los datos. Casos como el del impuesto al azúcar en Cataluña demuestran que en ocasiones este tipo de medidas no tienen el efecto esperado.
Al mismo tiempo es un aviso para el sector. Tras mucho tiempo siendo la bebida de moda y buscando indiscriminadamente un público que asume riesgos en la salud al consumir ahora se ven convertidos en un blanco de medidas que esperan ayudar a mantener la salud de los más jóvenes.
