Mitos y realidades sobre la conservación de la cerveza

La cerveza es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo. Existe una gran variedad de estilos para todos los gustos. Pero ¿sabes cuáles son las condiciones más idóneas para almacenarla y servirla?

Para saber más sobre este tema es habitual consultar internet en busca de información. Sin embargo, en muchas ocasiones nos encontramos con auténticos mitos sobre la conservación de la cerveza que a fuerza de repetirlos han calado en el imaginario colectivo. Pero ¿qué es real y qué es ficción?

Los mejores mitos y realidades sobre la conservación de la cerveza

Lo más recomendable siempre es acudir a un experto cervecero para que nos ofrezca el mejor consejo para conservar la cerveza. Ten en cuenta que existen muchos tipos de cerveza y no todos ellos se conservan y se sirven de la misma manera.

¿Todas las cervezas han de servirse muy frías?

Desde siempre hemos creído que una buena cerveza es aquella que se sirve muy fría. Sin embargo, esto no es cierto. En la mayor parte de los casos las cervezas no deben servirse extremadamente frías, ya que el frío inhibe el sabor.

Por supuesto, hay excepciones. Un ejemplo es Cruzcampo y su “sistema glacial”. Este sistema de refrigeración se introdujo hace unos años en varios bares y permite dispensar su cerveza de barril entre 0 ºC y -2 ºC. Cruzcampo se elabora a partir de una receta especial que permite conservar todo su sabor a temperaturas muy frías.

Así que ¿cuál es la temperatura adecuada para servir una cerveza? Cada cerveza es diferente, por lo que la respuesta varía. Es por esto que los cerveceros suelen aconsejar una temperatura de servicio diferente para cada una de sus cervezas.

Muchas veces se puede usar el porcentaje de alcohol como guía. Por ejemplo, una cerveza Lager como Budweiser o Pilsner Urquell, con un contenido alcohólico más bajo, se puede servir más fría que una Imperial Stout de 12% de alcohol/volumen, como Gulden Draak Imperial Stout.

¿Se puede almacenar una cerveza a temperatura ambiente?

A la hora de almacenar una cerveza hay que tener en cuenta dos factores: la luz y la temperatura. Cuando la temperatura es muy alta las propiedades de la cerveza empezarán a alterarse. Asimismo, lo ideal es almacenar la cerveza en un sitio oscuro ya que la luz causa fotodegradación.

Igualmente, las condiciones para almacenar una cerveza dependen del tipo de cerveza que sea. Muchas cervezas artesanas no suelen estar pasteurizadas ni filtradas para no perder nutrientes ni propiedades organolépticas.

Esto hace que la cerveza sea más inestable y sensible a la temperatura, ya que la levadura sigue actuando. Además, al no estar pasteurizadas la temperatura las activa y producen CO2. Esto provoca una sobrecarbonatración con el consiguiente exceso de espuma y alcohol.

Es importante que la cerveza mantenga una temperatura estable. Los cambios bruscos de temperatura pueden deteriorar las propiedades de la cerveza. Lo ideal es comprar cerveza en una tienda especializada, ya que así te asegurarás de que obtendrás un producto fresco que ha sido manipulado adecuadamente, conforme a las indicaciones de la cervecería.

¿La cerveza en botella se conserva mejor que en lata?

Otro mito sobre la conservación de la cerveza es que durará más en botella que en lata. Las latas de cerveza se conservarán mucho mejor, ya que este envase protege totalmente la bebida de la luz.

De igual forma, una botella de color marrón protege la cerveza mucho mejor que una verde, que filtra peor la luz. Por tanto, si quieres conservarlas por más tiempo debes almacenarlas en un lugar oscuro.

¿La cerveza se puede congelar?

La cerveza se puede congelar, aunque no lo haga de forma tan rápida como el agua. La rapidez a la que se puede congelar la cerveza va a depender de su contenido en alcohol. Pero siempre que se haga a -2 ºC, la cerveza se congela.

No obstante, no es aconsejable que metas tu cerveza en el congelador, ni para congelarla ni para enfriarla rápidamente. Lo ideal es que la cerveza se almacene adecuadamente a la temperatura recomendada.

¿La cerveza bien almacenada no se estropea? 

Uno de los mitos más conocidos sobre la conservación de la cerveza es pensar que si se almacena adecuadamente no se estropeará nunca. Pero, desafortunadamente, incluso la cerveza mejor almacenada pierde sus propiedades y su sabor con el paso del tiempo. Es importante consumir la cerveza dentro de su fecha de consumo preferente. Una cerveza fuera de fecha tendrá un aroma y sabor no deseados.

La mayoría de las cervezas pueden durar entre seis y ocho meses si se mantienen en un ambiente fresco y oscuro. Por supuesto, esta regla tiene excepciones: un ejemplo de esto son las IPA, que al estar muy lupuladas evolucionan más rápidamente, por lo que suelen tener una vida más corta y se aconseja consumirlas en tres meses.

También hay cervezas que mejoran con el tiempo, como las Barrel Aged, o envejecidas en barrica. El perfil de estas cervezas evoluciona con el tiempo. Si se almacenan adecuadamente. De hecho, a veces pueden pasar años hasta que alcanzan su punto álgido de aroma y sabor.