El origen más desconocido de los TCA: en casa, y más frecuente de lo que parece

El inicio de un trastorno de conducta alimentaria, los conocidos como TCA, suele ser insidioso. En muchas ocasiones, cuando la familia y el entorno lo identifican ya se encuentran ante un problema instaurado.

En todo caso, hay una serie de señales que alertan de la presencia de un TCA. A nivel físico, el síntoma más evidente es sin duda la pérdida de peso de origen desconocido. La familia percibe que su hija o hijo está cada vez más delgado sin que exista una enfermedad que pueda explicarlo. Pero, ¿sabes qué origen desconocido tiene?

El trastorno de conducta alimentaria se caracteriza por la obsesión por el control de peso

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son trastornos mentales caracterizados por un comportamiento patológico frente a la ingesta alimentaria y una obsesión por el control de peso.

La anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa son los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) más conocidos, pero también existen otros, como el trastorno por atracón, el trastorno de la conducta alimentaria no especificado, la ortorexia (obsesión por la comida sana) y la vigorexia (obsesión por el ejercicio físico).

En los TCA intervienen diferentes causas de origen biológico, psicológico, familiar y sociocultural, y provocan consecuencias para la salud tanto física como mental.

Las complicaciones médicas incluyen pérdida de grasa y masa muscular, arritmias, dolor abdominal… 

Las complicaciones médicas incluyen la pérdida de grasa y masa muscular, alteración del funcionamiento del tiroides, arritmias, hipotensión, dolor abdominal, estreñimiento, amenorrea, lanugo, edema, acné, piel seca, disminución de leucocitos, osteoporosis, erosión esofágica y gástrica, disfunción intestinal, erosión del esmalte dental, caries, caída de piezas dentales, crisis epilépticas, neuropatías, fatiga y debilidad, etc.

Así, las personas con trastornos de alimentación presentan a veces conductas impulsivas (ej. vómitos, atracones…) que podrían atenuarse si se dispusiera de habilidades para regular sus emociones.

O lo que es lo mismo; es común que las conductas alimentarias patológicas se conviertan en mecanismos de regulación emocional (que calman cierto malestar, pero generan otro tipo de problemas psicológicos).

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Ha aparecido un interés elevado por el seguimiento de cuentas relacionadas con las dietas y el control de peso

Tratamientos como la Terapia Dialéctica Conductual (TDC), se orientan a dotar a los pacientes de recursos para identificar emociones negativas y a continuación corregir las respuestas disfuncionales a ellas. Dada su eficacia, ha ido modificándose esta terapia para adaptarse a otras condiciones patológicas.

Asimismo, aparece un interés elevado por el seguimiento en redes sociales de cuentas relacionadas con la realización de dietas, alimentación sana y control del peso. Después de las comidas, los afectados se pueden sentir muy culpables por los alimentos consumidos y muestran impulso por hacer actividad física para compensarlo.

Los afectados también presentan una imagen distorsionada de sus cuerpos, de modo que lo perciben con un tamaño mayor del que realmente tienen, junto con un intenso malestar emocional por este motivo. Esta percepción distorsionada se puede focalizar en determinadas zonas como el abdomen, la barriga o las piernas.

Es más; una de las etapas donde es más frecuente ver cómo se origina un TCA es la adolescencia debido a que, es en esta etapa cuando comienza a construirse todo el sistema de valores de una persona:

«Es una etapa compleja. Por un lado, a nivel biológico el cerebro aún no ha alcanzado la madurez y, por el otro, los cambios hormonales ponen en jaque una movilización emocional que muchas veces es difícil de manejar. Si además tenemos en cuenta que en las chicas la transformación del cuerpo es muy rápida, es común que aparezcan dificultades de aceptación y todo lo que ello conlleva», explican los psicológicos.