Metallica entra en la tercera edad volviendo a sus raíces

Envejecer no es malo, de hecho es la prueba de que alguna vez se fue joven. Quizás eso esté rondando a estas alturas por la cabeza de James Hetlfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Rob Trujillo, los miembros de Metallica que acaban de lanzar su undécimo disco de estudio, ‘72 Seasons’. Dado lo propenso que es la mítica banda a experimentos fallidos, aquel desastroso ‘St Anger’ de 2003 o la colaboración con Lou Reed, ‘Lulu’, de 2011, la buena noticia es que el grupo ha visto en su vejez la excusa para recordar buenos tiempos. 

En sus 12 canciones, que suman casi 77 minutos de duración dado que como buen grupo de metal se atreven a temas de más de 7 minutos, repasan los sonidos distorsionados que siempre han definido su estilo tan particular de metal. Al mismo tiempo hay mucha más velocidad que en sus últimos dos lanzamientos, recuperando algo del espíritu punk de sus primeros lanzamientos. Pero la edad se nota en otros modos.

Es que líricamente nunca se había notado tanto la edad como en este último trabajo. Además de las típicas canciones de Metallica sobre monstruos que duermen bajo la cama hay canciones aquí sobre el alcoholismo, sobre el divorcio de Hetfield y sobre la siempre complicada realidad de tener que mantener la salud mental cuando se está en el foco de una de las bandas más grandes de la historia del rock. Son situaciones delicadas de enfrentar para los artistas cuando tienen que lidiar con un tema tan delicado como pasar a rehabilitación cuando se tienen los reflectores encima.

EL TRABAJO MÁS PERSONAL DE METALLICA

Es raro ver a James Hetfield hablar de forma tan transparente de su realidad y de su salud mental. Canciones como ‘Crown of Barbed Wire’, ‘Too Far Gone?’, o la arrolladora ‘Inamorata’ que cierra el disco consiguen al compositor trabajar sus traumas de forma tan natural como en ‘St Anger’. Pero mientras que en aquel disco la banda se enfrascaba en un cambio de su sonido que terminaba llevándose por el medio sus intenciones líricas. 

Por fortuna aquí Metallica apuesta por volver a los arreglos de discos como el ‘Black Album’, si bien no se atreven a las canciones de varias secciones de trabajos como ‘Master Of Puppets’ o ‘Ride The Lighting’, algo que el grupo nunca ha podido retomar del todo tras partida de Cliff Burton, sí que hay algo de ellos en la forma en que las guitarras se aproximan a las canciones.

Es que Hammet entra al disco en plena forma. Tras verse obligado a quedar un poco de lado debido a que se perdieron sus primeras composiciones. Aquí se entrega a complementar los ritmos de Hetfield en temas como ‘Sleepwalk My Life Away’, y a acelerar a todo el grupo en otros como el sencillo ‘Lux Aeterna’ o la explosiva ‘Two Far Gone?’. Es un recordatorio de porque es considerado uno de los grandes guitarristas del género. 

EL FUTURO DE LA BANDA SE ILUMINA 

Mientras tanto el grupo no parece interesado en detenerse. Ya han anunciado una gira mundial que pasa por Madrid con dos conciertos el próximo año, y que los llevará sin duda a pasar casi todo el año en carretera. Lo cierto es que es bueno ver a un grupo que mantiene a casi todos sus miembros originales mantenerse en la cumbre de su género, y seguir llenando estadios con tanta facilidad. 

En cualquier caso parece que hay Metallica para rato y ‘72 seasons’, sin ser un trabajo revolucionario, puede servir para marcar este nuevo comienzo. Si bien es complicado que puedan causar la misma conmoción que cuando irrumpieron en la música hace más de 30 años esta versión experimentada de la banda tiene su propio encanto.