Los embutidos es uno de los alimentos más consumidos en nuestro país, por su sabor, porque somos grandes productores y porque sobre todo en determinadas zonas es una base alimenticia. Pero tiene un lado oscuro: los aditivos y conservantes que contienen. Es el precio que hay que pagar en un mercado con mucha demanda y que por tanto requiere mucha producción y mucha logística de conservación y de aditamentos para triunfar sobre la competencia. Vamos a ver qué llevan estos embutidos y lo que hay que evitar para cuidar su salud.
3LOS ADITIVOS MÁS FRECUENTES
Los nitritos, sulfitos y fosfatos están presentes en los embutidos y fiambres y no somos consciente de ello. No hay que ser alarmistas, pero si ser conscientes de lo que consumimos con este tipo de carnes procesadas. Es cierto que en el jamón curado y lomo embuchado, se necesita añadir nitratos y nitritos para que ese producto no contenga la temida Costridium botulinum, el bacilo causante de la toxina botulímica, pero también sirve comercialmente para darle un color más vivo y apetecible.
Los nitritos y nitratos (E-249-252), son compuestos que están de manera natural en los vegetales o en el agua. El problema es que parte de los nitratos que ingerimos se pueden transformar en nitritos, que reaccionan con los aminoácidos presentes en el estómago y que dan lugar a nitrosaminas, unas sustancias con efecto cancerígeno. Igualmente se forma ese proceso al cocinar esos productos, aunque en menor proporción que con la propia digestión.