Aperitivos de los 80 que te volvían loco de niño y ya no existen

¿A quién no le gusta un buen aperitivo? Patatas rellenas, unas aceitunas bien aliñadas, brochetas de langostinos o el clásico pincho de tortilla con pimiento son magnificas formas de pasar el rato con los amigos tomando unos aperitivos.

Todo esto está muy bien pero, ¿y qué pasa con los aperitivos que tomabas cuando eras un crío? Unos aperitivos que en muchos casos han desaparecido sin dejar rastro, y eso que los había realmente deliciosos y exitosos desde el punto de vista comercial.

¿Quieres saber de qué aperitivos estamos hablando y por qué deberías echarlos de menos? Pues te dejamos muchos de ellos en este reportaje.

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Los aperitivos de los 80 más clásicos

Drakis Dentadura 1

Si existía un plan maravilloso cuando éramos niños, era el de ir a comprar los aperitivos pertinentes a la tienda del barrio para prepararnos para una sesión intensa de nuestras series de anime favoritas de nuestra infancia como Dragon Ball o Caballeros del Zodíaco.

Y uno de estos aperitivos que no podía faltar nunca era el de los Drakis, las famosas dentaduras con sabor a queso y beicon que eran una auténtica delicia. ¿Qué pasó con esta delicia de Matutano? Pues que fue “evolucionando” y pasó por diversas fases posteriores como la pandilla Drakis y demás, si bien el sabor y el diseño de los Drakis originales pasaron a mejor vida para siempre.

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La selección de Risi

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Una de las marcas favoritas de aperitivos para miles de niños y niñas de los 80 era Risi, sin ninguna duda. Una marca que tenía una selección de todo tipo de chucherías derivados de las patatas fritas increíble y que seguro que todavía recuerdas bien.

Pajitas, panchos, patatas alargadas con sabor a kétchup y demás bolsas apetecibles con todo tipo de guarrerías dentro podían ser adquiridas por un módico precio de entre 10 y 20 pesetas en su mayoría (en función de la tienda donde los adquirieras). Unos aperitivos míticos que muchos echamos de menos hoy en día y que nos hicieron disfrutar durante muchos de los mejores años de nuestra infancia.

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Los aperitivos azules

Doritos Rock And Cream 476422

Sí, ya sabemos que las bolsas azules de Doritos siguen estando disponibles en casi cualquier supermercado y tienda de barrio. Pero las verdaderas bolsas azules de Doritos (o los Doritos azules, que así es como denominábamos muchos de nosotros a estos aperitivos cuando éramos pequeños) desaparecieron hace ya muchos años.

¿Y qué es lo que diferenciaba a estos Doritos de bolsa azul de los actuales? Pues muy sencillo: su sabor. Vendidos y promocionados hasta la saciedad como el sabor más escandaloso del mundo, los Doritos Rock & Cream era uno de esos aperitivos cuyo aroma y sabor eran inmediatamente reconocibles e imposibles de imitar.

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Los Churruscos de Cuétara

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Seguro que estos aperitivos… aunque en realidad valían casi para cualquier cosa (desayunos, meriendas, recenas, etc.) los disfrutaste mucho siendo un crío: los famosos Churruscos de la marca Cuétara.

Unas delicias que más tarde pasaron a llamarse galletas campurrianas… pero que cambiaron bastante en relación a su sabor y composición originales. Y es que los auténticos churruscos eran de esos aperitivos que costaba tragarse sin beber leche, agua, batido o cualquier cosa que tuviéramos a mano. Pero su inolvidable sabor a falso horneado compensaba con creces el esfuerzo de masticarlos.

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Los aperitivos de chocolate

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Seguro que también eras de los que te gustaba picar el típico minibocadillo o montadito de Nocilla… ¡o Pralín! Eso es, el sustituto natural en aquel entonces de la famosa crema de chocolate que era bastante más barata que comercializaba la marca Zahor.

Un producto que amenizaba las tardes de muchos de nosotros y que venía en formato de tarrina de plástico en lugar de un vaso de cristal como su más directa competidora, de ahí que fuera claramente más barato.

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La reina de las meriendas

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Y terminamos con la famosa crema Tulicrem, la cual desapareció de un día para otro sin razón aparente y destrozó los aperitivos y las meriendas de miles de niños y niñas.

Famosa por su increíble textura, sabor a medio camino entre lo extremadamente dulce y aceitoso, lo más gracioso de todo es el eslogan que gastaba: nutritiva golosina. Un aperitivo mítico.

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