Las alitas de pollo rebozadas son todo un clásico de la cocina, que además se han puesto especialmente de moda de un tiempo a esta parte. En gran medida, para qué engañarnos, gracias a las propuestas de comida rápida como la conocida cadena de restaurantes norteamericana KFC, que cada día cuenta con más seguidores en nuestro país. En líneas generales, puede decirse que se trata de un plato que se puede preparar en casa sin demasiado esfuerzo, y que acostumbra a gustar por igual a niños y mayores. En especial los más pequeños de la casa suelen disfrutar de lo lindo con la receta que vamos a compartir con vosotros a continuación.
¿Quieres saber cómo preparar unas alitas de pollo rebozadas que poco o nada tengan que envidiar a las de KFC? Pues sigue leyendo, porque te lo explicamos paso por paso, para que incluso los menos diestros logran hacerlo con garantías.
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Orígenes del pollo frito
Hoy en día sería justo asegurar que el pollo frito, en concreto el rebozado, es una de las alternativas que mejor funciona dentro de la llamada “comida rápida”. En la actualidad se encuentra prácticamente al nivel de las hamburguesas y las pizzas gracias a los restaurantes KFC. Pero para bucear un poco en la historia del plato, es necesario remontarse a tiempos mucho, mucho más antiguos. Está más que demostrado que ya se comía pollo frito en civilizaciones antiguas tan dispares como la egipcia, la griega o la china.
Con todo, el lugar donde más se popularizó el pollo frito, y concretamente el que nos ocupa en esta receta, el rebozado, fue en Estados Unidos. Pero como tantas otras cosas que nos han llegado devueltas de América, primero se exportó allí desde la vieja Europa. En concreto parece que fueron los inmigrantes escoceses quienes se la llevaron al Nuevo Mundo, donde después iría tomando el punto que tiene hoy en día.
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Ingredientes necesarios para cocinar alitas de pollo rebozadas
Las alitas de pollo cuentan con bastantes ventajas. Ya hemos comentado que suelen gustar a casi todo el mundo, y además no son complicadas de hacer, siempre y cuando se sigan un par de consejos. Pero otra cosa que tampoco es baladí en los tiempos que corren es el precio. Aunque prácticamente todo ha subido a la hora de llenar la cesta de la compra, el pollo sigue siendo relativamente accesible. Comprando alitas para toda la familia prácticamente se puede apañar una comida o una cena rica.
Además de las propias alitas de pollo, para realizar este plato hace falta lo siguiente: harina, sal, pimienta, ajo, huevos y aceite de oliva virgen extra. Como se puede apreciar, nada que resulte especialmente extraño, costoso o difícil de conseguir.
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Preparar las alitas de pollo rebozadas
Lo primero que hace falta para cocinar unas alitas de pollo rebozadas pasa por preparar debidamente las piezas. Si se compran en la carnicería, por ejemplo, es conveniente pedirle al carnicero que nos atienda que además de cortar cada alita por la mitad, también les quite las puntas. De lo contrario, siempre lo puede hacer uno mismo en casa, por ejemplo si uno compra el pollo en las bandejas del supermercado.
De la misma forma, hay que permanecer atentos también a las plumas que muchas veces se “cuelan” en las alitas. No tiene nada de malo, eso quiere decir que el producto es fresco la mayoría de las veces, pero hay que quitarlas, como es natural, antes de ponerse manos a la obra con la receta.
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Cocinar las alitas de pollo rebozadas
Para empezar a hacer las alitas de pollo rebozadas, hay que colocar las alitas en un recipiente amplio, a la vez que se baten los huevos, igual que si se fuese a rebozar cualquier otra cosa, como un filete, sin ir más lejos. También se prepara un plato con harina (que puedes ser prácticamente de cualquier tipo, aunque se suele usar de garbanzo).
Mientras, se les echa a las alitas un poco de ajo pelado, sal y pimienta y se remueve bien todo. Acto seguido se echa aceite en abundancia en una sartén y, mientras este se calienta, se deja que el pollo repose unos minutos.
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Freír las alitas de pollo rebozadas
Para terminar, solo quedaría pasar las alitas por abundante harina y huevo y freírlas en el aceite, abundante y caliente, hasta que estén bien doradas, pero sin quemarse. Al sacarlas del fuego, es recomendable ponerlas sobre papel de cocina para que pierdan el exceso de aceite.
Y de esta manera tan sencilla se pueden cocinar unas alitas de pollo rebozadas igual de ricas que las de KFC, pero hechas en casa.
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¿Cómo acompañar unas alitas de pollo rebozadas?
Lo cierto es que las alitas de pollo rebozadas pueden ser perfectas para combinar con muchas cosas, pero con unas patatas fritas y una sencilla ensalada de lechuga, tomate y cebolla, casan de maravilla.
Igualmente pueden aprovecharse como complemento de algún otro plato principal, o a modo de aperitivo si, por ejemplo, vienen amigos o familiares a casa.
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