Elon Musk impide a los astrónomos observar el universo

Enviar satélites a la primera línea de nuestra órbita es una idea de la que Elon Musk lleva tiempo detrás, y en la que ahora al multimillonario de Tesla le parece relativamente ‘económico’. Sin embargo, también se ha visto con un mandato que no gusta a todos, tampoco a los astrónomos.

El motivo de ello no es tanto porque el empresario sea multimillonario, sino porque al reutilizar la mayoría de las partes de sus cohetes Falcon 9, que son los que se encargan de transportarlos, los costos bajan considerablemente. Tan es así, que el vehículo, que ya ha hecho alrededor de 111 misiones exitosas, sea de gran utilidad, incluso, para el transporte de elementos de la NASA.

Hablamos así ahora de los satélites Starlink, cuyo objetivo no es otro que el de estar conectados en red y mantener la misma frecuencia y altura proporcionando internet a una velocidad de un Gbps con una latencia máxima de 25 milisegundos. Eso lo han conseguido, en casi todos los lugares donde tienen cobertura.

Los satélites de Elon Musk podían arruinar la observación del universo

Es así que, en su lugar, esta división de la empresa SpaceX fundada por Elon Musk para dar conexión a Internet de alta velocidad a todo el planeta, representa ya la mitad de todos los satélites activos en órbita terrestre.

Lo vemos con el que el pasado mes de febrero, en el que Starlink lanzó 21 nuevos satélites, con lo que el número total de satélites Starlink activos asciende a 3.660, es decir, cerca del 50% de los casi 7.300 satélites activos en órbita.

SpaceX ha estado lanzando satélites Starlink desde 2019 con el objetivo de llevar Internet de banda ancha a partes remotas del planeta. Durante todo ese tiempo, los astrónomos han estado advirtiendo que los satélites podían arruinar la observación del universo al dejar rayas en las imágenes de los telescopios cuando pasan por delante.

El objetivo de Elon Musk es poner en órbita 30.000 satélites de aquí a finales de década

Como tal, el objetivo de Starlink, como decimos propiedad de Elon Musk como otras tantas empresas, es poner en órbita 30.000 satélites de aquí a finales de década.

Por su parte, y como algo propio para el multimillonario, es que SpaceX recibió previamente autorización para unos 12.000 satélites para ofrecer internet de banda ancha y ha solicitado autorización para una constelación de segunda generación de 30.000 satélites.

Ya en el pasado, este negocio que quieren aprovechar empresas como Boeing, OneWeb, Starlink o el Proyecto Kuiper, de Jeff Bezos, había generado discusiones respecto a la basura espacial que ocasionan los miles de satélites de estas compañías.

Y es que la cantidad de estos elementos, sumada al resto de equipos que han llegado al espacio desde 1957, y que, además viajan sin rumbo entre los 800 y 1.000 kilómetros de altura, generan riesgos de colisión debido a la velocidad que alcanzan (se habla de que podrían llegar a los 25.000 k/h).

La NASA también está preocupada por el plan de Elon Musk

Es más; ha sido la propia NASA la que ha mostrado su disconformidad con lo que quiere hacer el polémico dueño de Tesla, entre otros. «La NASA tiene preocupaciones con el potencial de un aumento significativo en la frecuencia de los eventos de conjunción y los posibles impactos en las misiones científicas y de vuelos espaciales humanos de la NASA», escribió la agencia a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC).

La NASA señaló que actualmente hay un total de 25.000 objetos rastreados en órbita, y unos 6.100 por debajo de los 600 km. La ampliación Gen2 de SpaceX «duplicaría con creces el número de objetos rastreados en órbita y quintuplicaría el número de objetos por debajo de 600 km», añadió.

Entre ellos, uno de los más perjudicados resulta ser el telescopio espacial Hubble, que fue lanzado a la órbita en los 90′ y desde entonces ha captado impresionantes imágenes del espacio, marcando un antes y un después en la observación astronómica.

Con todo, y a medida que el número de satélites y desechos espaciales aumente en el futuro, la probabilidad de que un satélite cruce el campo de visión cada vez que tome una imagen será de entre el 20 y el 50%, dicen los expertos.