La cistitis es una infección del tracto urinario que se produce cuando hay una inflamación en la vejiga. Esta inflamación puede ser provocada por bacterias o por virus, y los síntomas incluyen dolor al orinar, sensación de ardor, necesidad frecuente de orinar, orina turbia, y dolor en la parte baja del abdomen.
Esta enfermedad puede ser aguda o crónica, y existen tratamientos para tratarla, como antibióticos, medicamentos para reducir el dolor y el ardor, y líquidos para mantener la vejiga limpia, con lo que disminuyen los síntomas.
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La cistitis, una enfermedad muy común
La cistitis es la segunda infección más común en España luego de las infecciones respiratorias. Algunos estudios indican que el 37% de las mujeres padecerán de cistitis en algún momento de su vida.
Es una infección muy común durante la época de vacaciones en mujeres que van a la playa o la piscina, esto se debe al cambio de temperatura entre el cuerpo y el agua, sobre todo en el bajo vientre y la zona vaginal, el quedarse mucho tiempo con la ropa húmeda puede favorecer la proliferación de bacterias.
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La E. Coli como la principal responsable
Se ha determinado que el 75 % de los casos de cistitis son producidos por una infección con Escherichia coli. La cual es una bacteria común que vive en los intestinos de los animales y las personas. Existen muchas cepas de esta bacteria y algunas son inofensivas, mientras que otras pueden causar enfermedades.
La mayoría de los casos de cistitis se producen por un tipo de bacteria Escherichia coli. Esta bacteria puede adherirse a las paredes de la vejiga y causar inflamación, dolor y otros síntomas.
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Estos son los síntomas de la cistitis
Los síntomas de la cistitis pueden ser muy molestos, en los niños puede provocar micciones accidentales diurnas, generalmente los síntomas más comunes son:
- Necesidad intensa y constante de orinar
- Orina en pocas cantidades
- Dolor y ardor al orinar
- Orina turbia y maloliente
- Puede presentarse sangre en la orina
- En ocasiones puede provocar ligero aumento de temperatura
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Estas pueden ser algunas de las causas
La cistitis se produce cuando ingresa por el tracto urinario algún tipo de bacteria, que generalmente es la E. coli, sin embargo, otras bacterias pueden provocar la cistitis. Las mujeres puede desarrollar una infección del tracto urinario cuando tiene relaciones sexuales, y esta es conocida como cistitis postcoital.
Las mujeres que no son sexualmente activas, también lo puede desarrollar debido a que en la vagina normalmente se albergan bacterias que en ocasiones pueden provocar la cistitis.
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¿Sabes que es la cistitis no infecciosa?
A pesar de que la cistitis infecciosa es la más común, esta inflamación de la vejiga puede ser provocada por otros factores que no son producidos por una bacteria. Entre las causas de cistitis no infecciosas tenemos:
- Cistitis por sustancias químicas: Algunas personas pueden ser sensibles a sustancias químicas contenidas en productos de aseo íntimo, espermicidas, espumas de burbujas, jabones, etc. que pueden provocar inflamación de la vejiga.
- Por cuerpos extraños: Generalmente, se produce en personas que usan sondas vesicales por periodos de tiempo muy largos.
- Por tratamiento médico: Algunas veces la quimioterapia puede provocar este tipo de inflamación en la vejiga.
- Por otras enfermedades: Esto puede ocurrir por complicaciones de otras enfermedades como la diabetes, cálculos renales y agrandamiento de la próstata en los hombres.
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Estas son las complicaciones
Para evitar que la cistitis se complique es recomendable acudir al médico, ya que un tratamiento mal empleado puede hacer que la bacteria genere resistencia a los antibióticos. Las complicaciones más comunes que se dan son:
- Infección renal: La cistitis si no es tratada se puede convertir en una pielonefritis y se puede correr el riesgo de tener daño renal permanente.
- Hematuria microscópica: Indica la presencia de sangre en la orina, usualmente desaparece con el tratamiento, sin embargo, puede ser persistente y deberás realizarte otros análisis para determinar la causa.
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Como puedes prevenir la cistitis
Para prevenir la cistitis debes tener unos hábitos de higiene mínimos, además de tomar 2 litros de agua al día, con la intensión de mantener la vejiga limpia, evitar el uso de productos químicos en la zona íntima como desodorantes.
Si estás en la playa o la piscina, báñate luego de salir con agua potable para eliminar cualquier bacteria, cambia tu ropa íntima si esta se moja y al momento de ir al baño cuida que no contamines con heces la zona vaginal.
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Hábitos que ayudan a evitarla
Para evitar padecer de cistitis, adopta unos hábitos saludables como orinar regularmente, evitar aguantar las ganas de orinar innecesariamente, toma mucha agua durante el día y ducharte después de tener relaciones sexuales.
Asimismo, utiliza ropa interior de algodón y evita quedarte con ropa húmeda. Toma abundante agua durante el día y en caso de sentir alguno de los síntomas ya descritos no dudes en acudir al médico, este será el encargado de indicarte el tratamiento correspondiente.
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¿Cómo se diagnostica la cistitis?
Al momento de describir tus síntomas es posible que el médico tenga indicios de lo que padeces; sin embargo, para confirmar su diagnóstico, este puede indicar un análisis de orina y una ecografía para observar la inflamación de la vejiga.
En raros casos se indicará un examen de sangre, dependiendo de la gravedad de los síntomas, ya que algunos pueden incluir fiebre y malestar general.
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Tratamiento
El tratamiento consiste en dosis de antibióticos vía oral, cuando es por primera vez el tratamiento puede durar entre 3 días y una semana. Es posible que los síntomas desaparezcan en dos días; sin embargo, es necesario que se cumpla el tratamiento los días que el médico indica.
En caso de ser reincidente, el médico deberá cambiar el tratamiento y en algunos casos tendrá que remitirte con un urólogo para que examine tu caso y pueda determinar porque se te repite esta infección. Es importante no tomarse ninguno de los síntomas a la ligera, ya que la cistitis puede generar molestias y complicaciones que deterioran la calidad de vida de quien la padece.
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