Seguro que recuerdas los juguetes con los que creciste, es decir, aquellos que fueron los que más lo rompieron durante los 80 y 90. Desde algunos videojuegos polémicos a otros más tradicionales o artesanales, juguetes que han cambiado mucho en relación a los que se pueden encontrar hoy en día, aunque se trata de los que están diseñados especialmente para los más pequeños.
Unos juguetes que hemos querido recopilar hoy (unos pocos, por supuesto, sería imposible publicarlos todos) en un reportaje especial lleno de nostalgia que seguro que incluso te hace derramar más de una lagrimita. ¿Los recuerdas? Seguro que sí, y con mucho cariño.
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Juguetes inolvidables, como Simón
Empezamos muy fuerte con un juego como era el Simón, uno de los más populares cuando éramos niños y que era difícil no encontrar en casa de nuestros primos o amigos.
Ya sabes en qué consistía, ¿verdad que sí? Su mecánica de juego era de lo más simple, dado que lo único que tenías que hacer era memorizar las teclas gigantes de colores (verde, azul, rojo y amarillo) en el orden en el que se iban iluminando (con su correspondiente tono, por supuesto). Uno de esos juguetes que todos tenemos guardados en un lugar muy cálido de nuestro corazón.
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La revolución de los juguetes
Aunque hoy en día nadie los considera como juguetes, seguro que recuerdas lo que te solían decir aquellos ajenos a ese mundillo cuando te veían con tu Game Boy, una de las consolas de videojuegos más famosas y vendidas de la historia.
Esta consola portátil, que incluía de serie el inolvidable juego de puzles Tetris, se vendía como churros y arrasó a toda su competencia, desde la Sega Game Gear a la Atari Lynx. Una máquina que, cuando apareció, supuso una auténtica revolución dentro del mundo de los juguetes.
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Los piratas más queridos
Seguro que eres de los que también pediste en algún momento de tu vida como regalo de Reyes o de cumpleaños el barco pirata de los clicks de Playmobil. ¡Y es que era uno d ellos juguetes más demandados y espectaculares de su época!
Es cierto que montarlo era un poco laborioso pero, una vez conseguías hacerlo, la experiencia que te dejaba era memorable. Sin duda, este barco pirata consiguió popularizar más todavía a los ya de por sí aclamados clicks de Playmobil, uno de los juguetes más extendidos durante esa época.
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Futbolines, mucho más que juguetes
El fútbol es, desde hace décadas, el deporte más seguido en nuestro país con diferencia. Y hasta la llegada de FIFA, el simulador de fútbol de EA Sports, había dos maneras de disfrutar de él: jugando en la calle o en casa con un futbolín.
La cantidad de variantes, formas y tamaños de futbolines que era posible encontrar décadas atrás era algo increíble, y lo cierto es que la diversión que nos proporcionaban era algo increíble. Uno de esos juguetes que, por fortuna, siguen estando disponibles en la actualidad.
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El rival de Scalextric
TCR, ¡qué pasada! ¿Te acuerdas del slogan? Seguro que sí, al igual que recordarás lo mucho que molaba jugar al TCR en el salón de tu casa o en tu habitación. Uno de esos juguetes que se salían de la norma.
Esta variante del Scalextric era menos conocida pero tenía su gracia, dado que además de que los coches eran más pequeños al igual que las pistas, pilotar dichos vehículos era más sencillo porque no podían salirse de las pistas. ¡Qué carreras tan excitantes nos brindó este juguete!
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Tamagotchi, ¿simples juguetes?
Tampoco podemos olvidarnos d ellos Tamagotchi, dado que en los 90 se produjo una especie de epidemia en la que todo ser vivo debía tener un Tamagotchi y cuidarlo como si fuera realmente otro ser dotado de vida propia… y así lo sintieron muchos de sus poseedores.
Estas criaturas digitales que solían habitar en las mochilas y bolsillos de los más pequeños se convirtió en uno de los juguetes más demandados de la época. Un auténtico fenómeno, relativamente similar en cuanto a los niveles de popularidad que consiguió alcanzar a los Pokémon, aunque su concepto es bien diferente.
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Las manos más locas
Y terminamos con un objeto que puede que algunos no consideren como juguetes pero que también gozaron de una época de esplendor llamativa décadas atrás.
Se trata de las manos locas, las cuales podían pegarse en casi cualquier superficie y que podíamos estirar y usar como tirachinas viscosos. Muchos las coleccionaban por colores e incluso marcas.
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