Los problemas de oídos son bastante frecuentes en todo el mundo, y en el caso de las infecciones, no son solo un problema del verano. Una otitis es una infección del oído medio, que es el hueco que queda detrás del tímpano. Es bastante habitual en niños y hay mayor riesgo en verano, a causa del agua de las piscinas y la playa. Sin embargo, los adultos también son vulnerables a sufrirlo, y el otoño es una estación en la que las probabilidades aumentan. La infección puede estar provocada por virus o por bacterias que penetran en el organismo a través de la boca, la nariz o el oído. [nextpage]
OTITIS EN OTOÑO
Por lo tanto, la otitis puede coincidir en muchos casos con enfermedades como resfriados, gripes o alergias. A veces puede comenzar por una acumulación de cera, por exposición a humo y contaminación o por unos hábitos de higiene incorrectos. ¿Sabes si haces lo adecuado para cuidar de tus oídos y prevenir el riesgo de otitis? A continuación te indicamos algunos consejos básicos para el cuidado de una de las partes del cuerpo más sensibles y delicadas. [/nextpage] [nextpage]
LA CERA ES BUENA
El canal auditivo cuenta con unas células destinadas a repeler y expulsar cualquier germen o microorganismo que se quiera alojar dentro. Hablamos de la cera, que asociamos con suciedad, aunque realmente cumple una función de defensa muy importante. Diversos estudios avalan su función antigérmenes que protege el oído de infecciones. Por lo general, el exceso de cerumen se elimina de manera natural mediante procesos como la masticación. Por lo tanto, la cera contribuye a un conducto auditivo sano, y no debemos obsesionarnos con limpiarla. Si hay una producción excesiva, lo aconsejable es consultar con un especialista. [/nextpage] [nextpage]
LIMPIAR LA PARTE DE FUERA
Las orejas, o pabellón auditivo, se pueden limpiar mientras estamos bajo la ducha. Basta con pasar un tejido húmedo en toda la superficie que pueda alcanzar nuestro dedo. No es necesario más. Eso sí, conviene tener cuidado de que no entre agua en el oído, y después de la limpieza, debemos secarlo lo mejor posible. La humedad no es una buena amiga de los oídos. [/nextpage] [nextpage]
ADIÓS A LOS BASTONCILLOS
Los expertos en otorrinolaringología desaconsejan el uso de bastoncillos o hisopos para limpiar los oídos. De hecho, al emplear esa pequeña herramienta, lo que conseguimos es introducir más la cera hacia el interior del oído externo, y esto podría terminar provocando un molesto tapón de cerumen, que requeriría tratamiento médico. Además, el uso de bastoncillos puede dañar la salud auditiva y provocar heridas, perforaciones e infecciones. Por precaución hay que introducir nada dentro del oído. [/nextpage] [nextpage]
NADA DE GOTAS
Tampoco se deben introducir medicamentos o gotas en el oído, excepto que las haya recetado específicamente el especialista. Lo mismo ocurre con los famosos difusores de agua marina que se anuncian constantemente y se venden en farmacias. Estos productos humedecen el oído, y como hemos apuntado, la humedad en el canal auditivo incrementa el riesgo de infección por bacterias y por hongos. [/nextpage] [nextpage]
ACUDIR AL MÉDICO
Hay personas que son propensas a desarrollar patologías auditivas, alergias y tapones de cera. En estos casos es aconsejable visitar al otorrino con asiduidad para que revise el estado de los oídos y se encargue de eliminar el tapón utilizando métodos seguros. En internet se pueden encontrar decenas de trucos caseros para quitar tapones y ninguno de ellos es recomendable. Ni jeringas con agua, ni aceite de oliva, ni acercar una vela encendida. Cualquier actuación incorrecta puede provocar lesiones irreversibles y pérdida de audición. [/nextpage] [nextpage]
CUIDADO CON LOS CASCOS
El uso de cascos se ha convertidor en algo muy habitual en el día a día de muchas personas; sin embargo, su abuso puede pasar factura. Los auriculares de botón, suelen incrementar la producción de cerumen y favorecer la acumulación de suciedad, con un elevado riesgo de desarrollar otitis. Lo ideal es combinar su uso con unos cascos de diadema, y en cualquier caso, hay que limitar las horas al día que se emplean, para permitir que el oído esté adecuadamente ventilado. [/nextpage] [nextpage]
ABRIGARSE PARA EVITAR LA OTITIS
El frío y el viento, pueden provocar molestias de oídos que deriven en otitis, por eso durante el invierno no debemos olvidarnos de esta parte tan delicada del cuerpo. Usar gorros, orejeras, bragas de cuello y bufandas, es una forma sencilla de mantenernos protegidos de cualquier infección. [/nextpage]
