Uno de los productos estrella y que define de alguna forma la gastronomía española es sin lugar a dudas el jamón ibérico. Un producto ideal para regalar en Navidad que es posible encontrar en cualquier supermercado de nuestro territorio y que posee una serie de características que definen su calidad, sabor, etc. que es importante conocer para saber escoger el que mejor se ajuste a nuestro gusto… y presupuesto.
La OCU (la Organización de Consumidores y Usuarios) ha realizado recientemente un estudio muy interesante en el que ha comparado más de 30 marcas diferentes de este auténtico manjar. Un análisis pormenorizado de muestras provenientes de diferentes localizaciones y presentaciones (loncheado, de cebo y de bellota) que permiten conocer numerosos aspectos de este producto.
Para saber elegir por cuál de ellos tienes que decantarte cuando vayas a hacer la compra a tu supermercado habitual de confianza, te dejamos todas estas claves que seguro que te ayudan a elegir, ya sea para comerlo al natural o en algún plato especial.
1Jamón ibérico de cebo, de cebo de campo y de bellota
Existe una diferencia sustancial en cuanto a la calidad general que se le debe exigir a un jamón ibérico atendiendo a la alimentación que ha seguido el cerdo del que se extrae el jamón ibérico.
Primeramente, los que provienen de cebo han sido nutridos con cereales y leguminosas principalmente, al igual que sucede con los jamones ibéricos de cebo de campo. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre ambos? Pues que los primeros se han criado en el interior de naves y variantes, mientras que los otros han pasado parte de su vida al aire libre.
¿Y qué pasa con los de bellota? Pues que su alimentación se ha basado en pastos, bellotas y demás nutrientes que pueden encontrarse en el campo, gozando de un mínimo de dos meses de libertad y cría en el exterior antes del sacrificio del animal para extraer el jamón.
