Spielberg e Iñarritu rescatan el cine autobiográfico de cara a la temporada de premios

La temporada de premios en la industria cinematográfica está por llegar y poco a poco empiezan a perfilarse quienes serán los principales competidores. Pero de los estrenos de esta temporada han mostrado algo bastante fuera de lo usual, varios cineastas han decidido contar la historia de su propia vida al mismo tiempo. Se trata de Steven Spielberg con ‘Los Fabelmans’, Alejandro González Iñárritu con ‘Bardo: Falsa crónica de unas cuantas verdades’ y ‘Armageddon Time’ de James Gray.

Es cierto que no es que la autobiografía sea algo nuevo en el cine. Desde el ‘Ocho y Medio’ de Fellini hasta la reciente ‘Belfast’ de Kenneth Branagh, pasando por ‘Dolor y Gloria’ de Almodóvar hay una tradición de cineastas que han contado buena parte de su vida en primera persona a través de la cámara. Pero no deja de ser llamativo ver a tres de los cineastas más talentosos trabajando en activo apostar por ello al mismo tiempo, y con acercamientos tan distintos.

EL SURREALISMO DE IÑARRITU

El cineasta mexicano tiene quizás el acercamiento más extraño a este estilo de cinta. Su ‘Bardo’ es una cinta que salta entre el cine más clásico y el más onírico, dejando salir la influencia del Terrence Malick más experimental. Contando la historia de un cineasta y periodista, casualmente parecido al director, que entra en una crisis existencial durante la realización de su nueva cinta.

Más que una historia en primera persona a la usanza tradicional la cinta es una reflexión del director sobre el proceso creativo, sobre su carrera y sobre la obsesión. Para un cineasta famoso entre su círculo por ser excesivamente perfeccionista es un trabajo llamativo, que quizás sufre precisamente por ser demasiado de Iñarritu.

JAMES GRAY EXPLORA SU INFANCIA EN NUEVA YORK

El caso de la cinta de Gray, director ‘La noche es nuestra’ de 2007 y ‘Ad Astra’ de 2019, es algo más tradicional. Si bien cambia los nombres de los personajes la cinta está basada en sus experiencias creciendo en Queens durante los años 80. Una cinta que ve directamente a la cara al racismo americano, en especial a ese que cree que es un problema ya superado.

Es un trabajo que aprovecha para usar el pasado, específicamente la América que elegiría a Ronald Reagan como presidente y comparándola con la de Donald Trump. Es una cinta necesaria donde el cineasta, uno de los más infravalorados trabajando en Hollywood, usa su infancia como un potente filtro para hablar de lo absurdos que son los prejuicios.

STEVEN SPIELBERG REPASA SU COMPLICADA INFANCIA

De todas las cintas donde los cineastas trabajan en primera persona este año la de Steven Spielberg es la más directa, y ciertamente de momento la más aplaudida. Es verdad que el cineasta es una figura tan legendaria que su juventud es un tema conocido por cinéfilos, desde su complicada relación con un padre ausente hasta su temprano amor por la gran pantalla y la sala oscuro lo cierto es que la vida del director es casi folklore del cine.

Pero eso no ha hecho que los críticos la aplaudan menos. La cinta recibió ya el premio principal del festival de Toronto y se perfila como una candidata importante para varios premios de la academia. Es un éxito con la crítica que mantiene la buena racha de uno de los directores más importantes de la generación del «Nuevo Hollywood», y junto a Martin Scorsese, uno de los últimos que sigue teniendo influencia.

Sigue siendo demasiado temprano en la temporada de premios para hablar de favoritas, y en el caso de ‘Bardo: falsa cronica de unas cuantas verdades’ la crítica ha estado bastante dividida, pero no deja de ser llamativo un ejercicio de introspección tan abierto por parte del cine en un momento tan delicado para la industria del cine.