San Marcelo de León el centurión es a quien honramos hoy 30 de octubre

San Marcelo de León fue un centurión de la Legión VII Gemina, quien en el día del cumpleaños del emperador tomó la decisión de deshacerse de sus insignias, debido a que había abrazado la fe cristiana y no le era posible seguir manteniendo el juramento militar.

Según la información que aporta el Instituto Nacional de Estadística español, hoy merecen una cálida felicitación alrededor de 6.500 caballeros que fueron bautizados con el nombre de Marcelo y su alguno de ellos es tú familiar o un amigo conocido, hoy es el día para celebrar su onomástico, que es posible que coincida con su fecha de cumpleaños, por la antigua costumbre de bautizar a los niños con el nombre de uno de los santos que corresponden al día de su nacimiento.

El Santoral católico nos da otra oportunidad para felicitar a los Marcelos y Marcelas, que también hay muchas, quienes normalmente celebran su santo el día 16 de enero, que está consagrado a San Marcelo I papa.

San Marcelo de León

San Marcelo De León

San Marcelo de León sufrió el martirio por degollamiento, por causa de su declaración de ser cristiano, siendo al mismo tiempo un centurión romano de la Legión VII Gemina, quien al no poder continuar con su labor como militar, decidió despojarse de los elementos que demostraban su posición dentro de las filas del ejército del emperador.

La manera en la que San Marcelo de León declaró su fue bastante peculiar, porque siendo el cumpleaños del emperador, lo que se acostumbraba era que las personas hicieran sacrificios de animales en su honor, mientras que San Marcelo de León optó por despojarse de las insignias que declaraban su cargo de centurión y declarar su fe, arrojándolas al pie de los estandartes de la legión, afirmando al mismo tiempo que era cristiano.

La incompatibilidad de su cargo con sus creencias religiosas

La incompatibilidad de su cargo con sus creencias religiosas

Esa fue la razón por la que San Marcelo de León no podría seguir manteniendo su juramento militar, ya que sentía que al único que debería obedecer era a Cristo y, según los datos que han podido ser encontrados, tales hechos ocurrieron en la ciudad de León, España.

A raíz de estos hechos, San Marcelo de León fue condenado de inmediato a morir por degollamiento en un procedimiento que constó de dos pasos, el primero de los cuales ocurrió mientras se encontraba en España, frente al gobernador del lugar, de nombre Fortunato, quien en el año 298 fue el primero en pronunciar la condena, por lo que San Marcelino fue trasladado hasta Tánger, en el territorio de lo que actualmente se conoce como Mauritania.

Estando en Mauritania, fue llevado a la presencia de Aurelio Agricolano, por causa de una misiva que le fue enviada a Aurelio por Fortunato, en la que narraba las causas por las que San Marcelo de León había sido sometido a juicio. Entonces, en la misiva de Fortunato se explicaba que San Marcelo de León había explicado sus acciones aduciendo que él era cristiano, por lo que no podía seguir dentro de las filas del ejército romano, ya que debía tomar su lugar en el ejército de Jesucristo.

La condena al martirio

La Condena Al Martirio

Ante tal declaración, considerada de la máxima gravedad, Fortunato tomó la decisión de que era necesario notificar de ellos a los emperadores y a los césares, que en aquella época eran varios, dadas las partes en las que había sido dividido el imperio romano, enviando a San Marcelo de León para que fuera juzgado definitivamente por su superior inmediato, el viceprefecto Aurelio Agricolano.

Al llegar a Tánger en Mauritania, ante la presencia de Agricolano, San Marcelo de León fue informado del acta de acusación de Fortunato, y San Marcelo de León no sólo la confirmó sino que aceptó el cargo, por lo que de inmediato fue condenado a morir por decapitación, todo por causa de su fe.

Hoy 30 de octubre no sólo se recuerda a San Marcelo de León, sino que el Santoral Católico también rememora a otros santos y beatos que se convirtieron en un ejemplo que debía ser emulado por sus hermanos cristianos, entre cuyos nombres tenemos a:

San Claudio de León, Santa Eutropia de Alejandría, San Gerardo de Potenza, San Germán de Capua, San Lupercio de León, San Marciano de Siracusa, San Máximo de Cuma, San Serapión de Antioquía, San Victorio de León, Beato Alejandro Zaryckyj, Beato Ángel de Acri, Beata Bienvenida Boiani, Beato Juan Miguel Langevin, Beato Juan Slade y Beato Terencio Alberto O´Brien.