La nadadora española Teresa Perales reconoció este jueves que tiene «entre ceja y ceja» acudir a los Juegos Olímpicos de París 2024 y, aunque reconoce que tras sus lesiones «está todo muy cuesta arriba», su participación «no está imposible».
«A día de hoy quedan 671 días para los Juegos de París, es un objetivo muy ambicioso teniendo en cuenta de dónde vengo. Antes de Tokio me lesioné, después pasé por quirófano y el hombro se me sigue saliendo. Me está costando mucho recuperar y aunque está todo muy cuesta arriba, no está imposible. Hasta que no sea imposible, allá que voy, como buena maña que soy, si se nos pone algo entre ceja y ceja vamos a por ello», señaló la nadadora en declaraciones a los medios durante la celebración de la Noche del Deporte Inclusivo.
La premio Princesa de Asturias de los Deportes 2021 se mostró optimista de cara a la cita olímpica, pese a que reconoció que «la edad avanza y la enfermedad también». «Los 600 días son pocos si tengo en cuenta la lesión porque necesito tiempo para recuperarme pero son muchos si pienso en mi edad, tengo 46 años. Son muchos días porque el cuerpo no perdona, la edad avanza y la enfermedad también y si pudiera ser antes pues mejor. También hay algo bueno y es que han sido tres años y no cuatro, hemos recortado uno», indicó.
A pesar de ello, la ganadora de 27 medallas paralímpicas destacó la emoción que le produce participar en los que serían sus séptimos juegos y reconoció que le pone «los pelos de punta». «Estoy viendo todo lo que suben a redes, conozco París y ya me imagino allí en los Campos Elíseos, en la piscina allá en lo alto, yo ya me lo imagino todo. Es un entorno tan bonito… Como si lo hubiéramos hecho en Madrid, con esa arquitectura tan bonita», señaló.
«Quiero vivirlo y tengo mucha ilusión, cuanto más cuesta arriba se me pone más me empeño en ir a por ello. Estamos en un momento muy bonito los deportistas paralímpicos, nos vamos poco a poco equiparando y vamos teniendo cosas que antes no existían. Yo vengo de la palmadita en la espalda, de volver a mi casa y los vecinos darme la enhorabuena y ya está y no hace tantos años. Desde los 24 años que compito con la selección española ha habido un cambio de 180 grados, desde que se puso en marcha el plan médico de Sanitas. Antes con las lesiones teníamos que esperar y ahora levantamos el teléfono y al momento está resuelto«, afirmó.
La aragonesa, que fue la embajadora de la gala en Madrid organizada por Sanitas a favor del deporte inclusivo, recordó el camino recorrido, desde que eran considerados «deportistas con discapacidad que se tiraban al agua», hasta ser reconocidos como deportistas de «élite».
«Esta es una noche muy especial, es como la puesta en escena del brillante trabajo de Sanitas. La primera vez que colaboré con ellos fue en 2010 y nadie sabía lo que era el deporte inclusivo. Han hecho posible que tengamos un espacio en el que podemos crecer, que se nos facilite y que haya medios. Venimos de una época en la que deportistas como yo no éramos considerados de élite, solamente éramos deportistas con discapacidad que nos tirábamos al agua. Ahora lo que hacemos es utilizar nuestra imagen para ayudar a ser referentes», subrayó.
En este sentido, la nadadora reconoció su labor en el mundo del deporte y agradeció haber contribuido a romper «muchas barreras». «Me siento tremendamente afortunada, conmigo se han ido rompiendo muchas barreras. El Premio Princesa de Asturias es el más importante que he recibido, supuso romper una barrera en el ámbito del deporte para personas con discapacidad, pero también como mujer, me hace mucha ilusión», concluyó.