Los sesos huecos son un plato que nunca pasa desapercibido, pues los amas o los odias y no admiten gustos intermedios. Este producto de casquería es uno de los menos consumidos; sin embargo, sigue ubicándose entre los platos favoritos de aquellos que disfrutan de los sabores de la cocina más tradicional.
Una vez preparados, ni recuerdas de que están hechos y resultan tan esponjosos y ricos que difícilmente alguien puedes resistírseles. Si quieres disfrutarlos con un sabor excepcional, quédate a conocer esta receta definitiva que te garantiza el éxito para que estén riquísimos.
8Prepara todo para freír

Para freír, utiliza un buen aceite de oliva virgen extra. Vierte una cantidad generosa de aceite en una cazuela o sartén y coloca un diente de ajo con su piel en su interior. Este diente de ajo, además de aromatizar delicadamente el aceite, también te avisará cuando el aceite se encuentre a la mejor temperatura para freír los sesos huecos.
Pon la sartén al fuego y ten a la mano un plato con papel absorbente para ir colocando los sesos una vez que estén listos, así los escurres perfectamente de la grasa excedente que puedan tener.