Los productos gluten free están de moda, triunfan entre la población y siguen proliferando en las estanterías de las tiendas. En Estados Unidos llevan años en una especie de guerra contra este componente, una locura que, como no, también ha llegado a España. El gluten no es más que la proteína que contienen los cereales, sin embargo, se ha extendido la idea de que resulta nocivo e incluso las personas que no son ni intolerantes ni alérgicas al gluten, lo están rechazando, casi siempre por desconocimiento.
Esta guerra declarada al gluten está incentivado el crecimiento de productos libres de él, que se presentan como ‘healthy’ y, por supuesto, son más caros. Todo ello apoyado por famosos e influencers que apuestan por una vida gluten-free que no tiene demasiado sentido en personas que no tienen alergia o intolerancia.
6MENOS FIBRA, MÁS CALORÍAS

El sustituto más habitual para la harina de trigo es la de maíz. Sin embargo, en el caso de los panes o bollería hay que recurrir a otras harinas para conseguir un resultado similar, como la de arroz, algarroba, almendra, mijo, castaña, soja, etc. Por lo general se utilizan mezcla o preparados que imiten la textura elástica del trigo, lo cual es difícil solo con estas harinas. En la mayoría de los casos para conseguir este efecto se añaden una gran cantidad de aditivos. A final se reduce el consumo de fibra y aumenta el contenido calórico.