He perdido mi vuelo: ¿qué debo hacer y qué pasa con mi dinero?

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En verano el número de vuelos se incrementa exponencialmente por los miles de usuarios que emprenden su aventura de vacaciones lejos de sus ciudades habituales. Uno de los miedos más habituales de los viajeros es perder el vuelo por un retraso o que este sea cancelado, dos situaciones que pueden causar importantes perjuicios económicos y de organización. Lo normal es que todo salga bien, pero el riesgo existe y hay que asumirlo. Son muchas las circunstancias por las que podemos perder un vuelo y que se escapan a nuestro control. Tampoco son raras las cancelaciones de última hora por parte de las compañías o los retrasos por diferentes factores, desde huelgas hasta la situación meteorológica.

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PERDER EL VUELO POR LLEGAR TARDE

Podemos llegar tarde por muchos motivos: un mal cálculo de los tiempos, porque no ha sonado la alarma, el coche ha pinchado una rueda en el camino, el metro ha sufrido una avería… Perder un avión por una demora del propio pasajero es mucho más frecuente de lo que crees. Si esto ocurre, lamentablemente debes asumir que ese dinero ya lo has perdido. Hay que acudir al mostrador de la aerolínea y explicarles la situación. En la mayoría de los casos te ofrecerán un hueco en el siguiente vuelo que salga hacia tu destino, al precio que te indique la compañía. En temporada alta puede complicarse un poco más la cosa, y puede que no haya plazas libres en el mismo día.