Cuando se introducen ciertos alimentos en el frigorífico, es probable que su textura cambie y que incluso lleguen a perder su sabor original. Por eso es tan importante mantenerlos a temperatura ambiente, aunque desde luego, antes hay que conocer cuáles son.
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Las patatas
Este alimento no necesita refrigeración. De hecho, si son sometidas a temperaturas bajas, el almidón que contiene se convierte en azúcar y por otro lado, alteran su sabor. Por eso, la mejor manera de conservarlas en un estado perfecto durante mucho más tiempo, es en el interior de una bolsa de papel en un armario o en un cajón fresco y oscuro.
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Los tomates
Se suele decir que los tomates no necesitan refrigeración, aunque todavía no existe una evidencia científica que así lo demuestre. De cualquier forma, lo que sí está comprobado es que si están demasiado verdes, en el frigorífico el proceso de maduración se hace todavía más lento. Por eso, lo mejor es colocarlos en un lugar seco y fresco y alejados de la luz del sol. Al ser un fruto que madura con mucha facilidad, lo mejor es comprarlos en cantidades pequeñas cada vez que se vayan a utilizar para poder disfrutarlos en cualquier momento siempre frescos.
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La albahaca
La albahaca es otro de los alimentos que se conserva mejor cuando se encuentra lejos del frío. Así lo demuestra un estudio realizado por expertos del Departamento de fitotecnia de la Universidad de Chapingo. Según el mismo, dentro de la nevera se suele marchitar mucho más rápido y además, pierde su sabor tan agradable.
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Las cebollas
Esta hortaliza tampoco necesita refrigeración y lo más adecuado es mantenerla siempre en un lugar seco y fresco para que esté en perfectas condiciones durante varios días. Al ser un alimento que se saca de la tierra, el ambiente de un frigorífico puede llegar a acelerar el proceso de envejecimiento de la misma. Por ello, lo más conveniente es conservarlas en un cajón o armario fresco y preferiblemente, oscuro.
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Los aguacates
La mayor parte de los aguacates que se venden en el mercado suelen estar duros por lo que necesitan algunos días de calor para conseguir la textura propia de la madurez. Una manera muy sencilla de conseguirlo es envolviéndolos en un poco de papel de periódico y colocándolos en un sitio cálido de la cocina. Se recomienda solamente introducirlos en el frigorífico cuando ya se hayan partido o cuando se hayan preparado en salsa. De cualquier forma, es importante conocer que las bajas temperaturas pueden modificar ligeramente su sabor. Por eso, para conservar toda la frescura, lo mejor es consumirlos inmediatamente.
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Los plátanos y las mandarinas
Cuando se meten dentro del frigorífico los plátanos, el frío consigue inhibir su proceso de maduración e incluso generar un cambio en su textura y su sabor. Por si todo esto fuera poco. Cuando se dejan en la nevera durante mucho tiempo, la cáscara coge un color oscuro que resulta muy poco atractivo.
Por otro lado, los cítricos no llevan muy bien el frío tampoco, pero como existen infinidad de variedades, no se puede generalizar. Pero lo que es cierto es que algunos aguantan mucho mejor a temperatura ambiente que dentro del frigorífico como es el caso de las mandarinas. Dentro de la nevera estas se van a volver más oscuras y van a perder parte de su sabor.
A no ser que haga un calor excesivo, lo mejor es que se queden a temperatura ambiente. Ponlas en un lugar fresco y no las laves antes de proceder a guardarlas, puesto que la humedad va a hacer que se pongan “pochas” antes. Evita igualmente amontonarlas, ya que necesitan contar con una circulación de aire correcta. Ponlas en una bolsa de tela o en un frutero con rejilla asegurándote de que no están pegadas entre sí.
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La miel
La miel por sí sola cuenta con numerosas propiedades conservantes, por lo que no va a necesitar de temperaturas frías para conseguir mantenerse en un perfecto estado. Es más, cuando está varios días en la nevera, se puede llegar a cristalizar y perder su típica textura líquida que hace que se pueda incorporar fácilmente a cualquier plato o bebida.
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Café, un alimento que tampoco necesita refrigeración
Para conservar el delicioso olor a tostado del café y su maravilloso aroma, lo más recomendables es que permanezca en un lugar seco y fresco alejado de las bajas temperaturas. Es decir, que no es necesario que lo metas en la nevera para conservarlo en buenas condiciones.
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El melón
Cuando vas al mercado a comprar melón habrás podido comprobar que generalmente, se encuentran bastante alejados de los refrigeradores y se encuentran separados en un lugar seco y fresco. En definitiva, se puede decir que los melones no necesitan refrigeración, a pesar de que no existen evidencias suficientes científicas en lo que respecta a este tema.
El motivo es que las temperaturas bajas hacen que se vuelvan más harinosos y que adquieran un sabor más insípidos. Por eso, cuando los llevas a casa debes almacenarlos de igual forma. Eso sí, cuando lo abras, lo más recomendables es que se conserve dentro de la nevera.
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Los encurtidos
Si eres un apasionado de los pepinillos, las guindillas, las aceitunas, etc. es probable que los compres preenvasados o a granel. En el primer caso, puesto que los botes vienen al vacío, pueden aguantar mucho tiempo fuera del frigorífico. Una vez que el bote esté abierto, hay mucha gente que prefiere guardarlo en el frigorífico. Lo mismo sucede con los encurtidos que se compran a granel, que es muy común refrigerarlos. Pero lo cierto es que es totalmente innecesario.
Ahora que ya conoces cuáles son los alimentos que se conservan fuera del frigorífico en mejores condiciones, lo más recomendable es que los pongas en el lugar adecuado. Si te organizas bien, no solamente vas a poder alargar su vida útil, sino que también vas a contribuir a evitar desperdicios de comida innecesarios.
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