Hay un viejo dicho que dice “nada más fácil que cocinar un huevo”, y aunque esto pueda tener algo de cierto, la verdad es que cocinarlo y tenerlo justo en el punto en el que se desea, puede no ser tan sencillo como se cree.
Maneras de comerlos hay muchas, y bien sea frito, duro o poché, siempre se debe estar atento a lo que se debe hacer, pues cada una de las técnicas de cocción, tiene su truco para que el sabor sea exquisito. Veamos cuáles son los trucos cuando de pasarlos por agua se trata.
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Cómo es un huevo pasado por agua
Seguramente ya estas más que familiarizado con el huevo duro, el cual es perfecto para ensaladas, rellenar y mucho más. Pues bien, aunque la técnica de cocción es muy parecida a la de pasarlos por agua, hay algunos factores que debes tomar en cuenta para que el resultado sea muy diferente.
Básicamente, un huevo pasado por agua es un huevo que aunque se cuece en agua hirviendo como el anterior, su resultado es una clara semi cuajada y una yema completamente líquida, perfecta para mojar bastones de pan.
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Una técnica para nada compleja
La técnica de la cocción es la misma que para el huevo duro; sin embargo, son algunos detalles los que hacen que el resultado final sea un huevo perfecto para rellenar o uno para comer directamente en la cáscara y bien aguadito en su interior.
Hacerlos va más allá de meterlos en agua y contar minutos, ya que hay algunas cosas que debes saber para evitar que se rompan y también para que queden en el punto de cocción que más te convenga. Veamos de qué se trata.
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Qué se necesita para preparar huevos pasados por agua
Si prepararlos es sencillo, los ingredientes lo son aún más. Solo necesitarás el número de huevos que desees cocinar, vinagre de vino blanco, sal, pimienta negra recién molida, bastones de pan tostado, una cucharilla para postres y alguna taza o porta huevo para colocarlo y comerlo más fácilmente.
Por supuesto, otras cosas que necesitas son, la olla, el agua para la cocción, y un colador de metal para que puedas poner en práctica un truco que te salvará de quemaduras y te ayudará a tener un resultado fantástico.
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Huevo campero y ecológico, los mejores para hacerlos con esta técnica
Si hay algo que se debe admitir, es que a la hora de cocinar huevos, lo mejor es optar siempre por la calidad de los mismos; y esto no va de capricho, sino todo lo contrario, se persigue conseguir un mejor sabor que los que se degustan con los huevos producidos industrializadamente.
Los huevos camperos y ecológicos, son marcadamente más sabrosos que los anteriores, ya que al tener las gallinas ponedoras una mejor alimentación, la concentración de nutrientes y el sabor, se percibe bastante diferente. Escoge de ser posible estos y notarás la diferencia de inmediato.
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Comienza preparando el huevo para su cocción
Si eres de los que guarda los huevos en la nevera, retira la cantidad que vayas a cocinar con al menos 30 minutos a una hora antes de llevarlos a cocción.
Además de tenerlos a temperatura ambiente, será necesario que seas escrupuloso con su limpieza y los laves muy bien bajo el grifo para eliminar cualquier suciedad que puedan tener.
Si utilizas huevos acabados de sacar de la nevera y los metes en la olla con el agua hirviendo, esto producirá un choque de temperaturas que acabará por romper la cáscara, dejando salir parte importante de la clara.
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Monta el agua y prepárala para evitar que la cáscara se rompa
Vierte agua suficiente en una olla y añádele una cucharadita de vinagre. Con este sencillo truco, evitarás que la clara se salga en caso de que uno de los huevos se parta un poco.
El vinagre actuará rápidamente coagulando la pequeña cantidad de clara que pudiese llegar a salir y evitará que salga una mayor cantidad de esta.
Una vez que montes la olla en el fuego, debes esperar que el agua alcance una buena temperatura; y de hecho, es necesario aguardar que esta comience a hervir antes de sumergir los huevos.
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Un truco que vas a amar: cómo añadir los huevos
Para añadir los huevos y evitar que estos choquen con el fondo de la olla y se rompan, muchos cocineros se apoyan colocando uno por uno en una cuchara o espumadera y sumergiendo poco a poco hasta liberarlos.
Ahora bien, hay un truco muy sencillo que te garantiza un excelente resultado y además disminuye el riesgo de quemaduras para tus manos. En un colador metálico, coloca los huevos que vas a cocinar y sumerge este hasta que el agua hirviendo los cubra por completo.
Espera el tiempo necesario y para retirarlos, simplemente sostén el mango del colador y retira todos los huevos de una sola vez. Esto evitará quemaduras en tus manos y será más cómodo que meter uno por uno apoyado en una cuchara.
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Cómo lograr que la yema quede centrada
Uno de los mayores dolores de cabeza al preparar un huevo pasado por agua e incluso uno duro, es lograr que la yema quede centrada. Para hacerlo, simplemente debes esperar que transcurra un minuto de cocción.
Cuando los huevos lleven un minuto dentro del agua hirviendo (cuida que esta no este hirviendo excesivamente fuerte) muévelos un poco dándoles un par de vueltas; de esta sencilla manera, lograrás que la yema se mueva un poco y quede justo en el centro; haciéndolo lucir perfecto al momento de comerlo.
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Así lo debes cocinar para tener el punto perfecto
El punto justo de cocción de cada huevo pasado por agua, va de la mano de los gustos de cada comensal, ya que para algunos la clara es más sabrosa, estando semi líquida, y para otros, es más deliciosa semi cuajada y con la yema, por supuesto, bien líquida.
La diferencia entre un punto de cocción y otro es simplemente un minuto; por lo tanto, debes estar atento a no excederte: para tener una clara semi líquida, déjalo cocinar por 3 minutos. Y si quieres una clara un poco más cuajada, deja el huevo en el agua por 4 minutos.
En ambos casos, la textura de la yema no se ve alterada, ya que esta debe quedar bien líquida. Sé cuidadoso de no dejar por más tiempo los huevos en el agua, ya que comenzarán a cuajarse más y perderán su característica emblemática de huevo pasado por agua.
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Así se disfruta el huevo pasado por agua
Apenas culmine la cocción de los huevos, retíralos de inmediato y pásalos por unos segundos por debajo del grifo de agua. Esto es necesario para parar la cocción de los mismos.
Para degustarlos, ponlos sobre una taza o una huevera y con un cuchillo de sierra o cucharilla, corta un poco la parte de arriba. La intención es quitar la tapa y tener acceso al contenido fácilmente. Espolvorea un poco de sal y pimienta negra recién molida y disfruta sumergiendo bastones de pan tostado.
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