Por qué no debes meter latas abiertas en la nevera

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Algo tan normal y habitual como es el hecho de guardar en la nevera una lata de conserva abierta, es un gesto que conlleva algunos riesgos. Entre los más “inofensivos” está el peligro de que el resto de los alimentos del frigorífico se contaminen o que el producto que se encuentra en el interior de la lata adquiera un sabor metálico.

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Contaminaciones por bacterias

Por qué no debes meter latas abiertas en la nevera

Cuando se abre una lata y no se termina, lo más aconsejable es cambiar el contenido sobrante a un recipiente que sea más adecuado, preferiblemente que sea de vidrio y que se pueda cerrar herméticamente. De esta forma, además de esquivar posibles cambios en el alimento como que adquiera un desagradable sabor metálico, también se pueden evitar accidentes como que el frigorífico se manche con el contenido de la lata abierta.

Por supuesto, lo más importante es evitar cualquier posible contaminación por bacterias y hongos. De hecho, al abrirse la lata se pierde el vacío y por tanto, el efecto de esterilización al que había sido sometido el alimento durante su fabricación. Al entrar nuevamente en contacto con el oxígeno, puede ser perjudicial para la salud.