Son diversas las enfermedades que están relacionadas directamente con los consumos que se realizan a diario. Ciertos alimentos causan padecimientos graves para la salud, como la diabetes, la hipertensión o el colesterol malo. Entre ellos se destacan la azúcar, la harina y productos que cuentan con grasas trans. Todos estos deben ser eliminados de forma urgente de la dieta diaria, para obtener un mejor estado en general.
Hoy les contaremos que tipos de harinas y productos derivados son altamente perjudiciales para la salud. [nextpage]
La Harina y el azúcar, productos que dañan el organismo
Entre los principales alimentos que es necesario eliminar de manera urgente de la dieta está el azúcar, especialmente la blanca, y la harina. El primero mencionado, brinda muchas calorías al organismo sin proveer ningún tipo de nutriente beneficioso, por ejemplo vitaminas y minerales. Con esto, queremos señalar que ni siquiera quita un poco el hambre, solo genera malas calorías al cuerpo. En este sentido, los especialistas aseguran que en vez de usar azúcar, se puede emplear edulcorantes artificiales, como la sacarina, o naturales, como la estevia. Estos aportan un gran sabor y no contienen calorías de ningún tipo. [/nextpage] [nextpage]
¿Por qué dejar la harina?
La harina es un elemento que se recomienda eliminar por completo de la dieta. La nutricionista Rocío Maraver, manifestó que “esa recomendación de ‘dejar las harinas’ sobre todo nos referimos a dejar todos los productos ultraprocesados que las llevan en su composición. Tampoco son necesarias, pero dado su uso en cocina, si elegimos una buena harina integral, no hay problema en que la utilicemos para elaborar pan, bizcochos, galletas o darle un uso más culinario como el de añadir un poco a un guiso para espesar una salsa”. [/nextpage] [nextpage]
El consumo de harinas refinadas es perjudicial para la salud
La harina no tiene tan mala fama como el azúcar o la sal, lo cierto es que su consumo puede ser totalmente dañino para nuestro organismo. “Según organismos internacionales tan importantes como la Escuela de Salud Pública de Harvard, el consumo de harinas refinadas está asociado con una mayor probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes y cáncer. Al ser un producto bajo en fibra, tiene un alto índice glucémico, lo que significa que cuando lo consumimos nuestra glucosa se eleva rápidamente en sangre”, dijo Maraver. [/nextpage] [nextpage]
No existen las dietas milagrosas
A esta altura, la mayoría de las personas son consientes de que no existen las dietas “milagrosas”, sino que la forma de mejorar está en el trabajo y el tiempo. Lo rápido y fácil no existe. Por otro lado, es una realidad que ciertos alimentos, si son eliminados de la dieta diaria, ayudan a generar un cambio importante en el cuerpo. «Todo este tipo de productos genera un proceso de inflamación en nuestro cuerpo, por lo que cuando dejamos de consumirlo empezamos a notar mejorías. Notamos desinflamación, mejora en nuestra energía, en nuestra digestión y en nuestro descanso», explicó la especialista. [/nextpage] [nextpage]
Harina “mala”
En sintonía de lo explicado, la perfección de la dieta no solo se trata del alimento, sino de como este empleado y cuál sea su compuesto. Debido a esto, hay dos tipos de harinas, la “buena” y la “mala”. En este caso, la segunda, serían todas las harinas refinadas. Esto se puede comprobar en la etiqueta de los productos que dicen “harina de trigo”, sin señalar que sea integral (harina refinada). “Además, el almidón o las féculas también podrían incluirse en este grupo, ya que su uso está muy extendido, sobre todo en la formulación de carnes procesadas”, afirmó Maraver. [/nextpage] [nextpage]
Harina “buena”
Por otro lado, las harinas “buenas” serían las que son integrales. Esto se debe a que el cereal no fue ingresado en un proceso industrial, y debido a esto, continúa manteniendo todos sus elementos (germen, endospermo y salvado). Este tipo de productos, tienen un gran aporte nutricional, ya que contienen muchas vitaminas, minerales y fibras. Este tipo de harinas son mucho más llenadoras, por lo cual, el perder peso se hace más sencillo. Por otro lado, su impacto en la glucemia es menor en comparación con las refinadas. [/nextpage] [nextpage]
Los refrescos azucarados
Continuando con la azúcar y sus problemáticas, los refrescos son el peor enemigo de las dietas. Este tipo de bebidas contienen altos niveles de azúcar y cafeína, pero nada de nutrientes necesarios para el cuerpo. Con esto queremos señalar que se consumen calorías sin ningún tipo de beneficio. El limitar este tipo de consumos ayuda a tener un mejor estado de salud general, como así también reducir peso. Por este motivo, es aconsejable alejarse lo máximo posible de los refrescos cola. [/nextpage] [nextpage]
Los falsos mitos de la harina y la leche
“Es llamativo cómo se ha instaurado la idea de que la leche es el alimento rico en calcio. Tenemos grabado en el cerebro que leche es igual a calcio y calcio es igual a huesos fuertes. Pero no es cierto. Si lo fuera, las personas que más leche y derivados lácteos consumieran deberían ser las poseedoras de los huesos más fuertes del planeta, y eso no es así. Sí, es cierto que la leche tiene mucho calcio, pero no ayuda a prevenir la osteoporosis y puede incluso empeorarla. Y esto es porque no solo no absorbemos adecuadamente el calcio de la leche, sino que para compensar la acidez generada por las proteínas lácteas, el organismo usa sales básicas del hueso, favoreciendo la desmineralización», informó la doctora Isabel Belaustegui, sobre el consumo de leche y harina. [/nextpage]
