El Real Valladolid acoge a 4 jóvenes huidos de la guerra y tutela su formación académica y deportiva

El Real Valladolid Club de Fútbol acoge a cuatro jóvenes ucranianos que han dejado su país después de la invasión por parte de Rusia los cuales se alojarán en la Residencia de Jóvenes Jugadores, donde se tutelará su formación académica y deportiva.

Se trata de cuatro chicos nacidos en los años 2004 y 2005, quienes como han destacado fuentes del club en un comunicado «gracias al fútbol han podido huir de la guerra».

Los jóvenes Oleksandr, Yaroslav, Oleg y Danil se alojan en la residencia de Jóvenes Jugadores del Real Valladolid desde este domingo después de haber podido dejar su país en el contexto de la invasión iniciada por Rusia el pasado 24 de febrero.

Casi un mes después Oleksandr, estos cuatro jóvenes futbolistas nacidos entre enero de 2005 y julio de 2004, han recalado en la ciudad del Pisuerga, a 3.000 kilómetros de su país natal, para seguir su formación educativa y deportiva.

Los jóvenes llegaron a España el viernes y como explica el Real Valladolid «para ello tuvieron que completar un viaje por carretera, en autobús, junto con otros compatriotas que han encontrado en el deporte su vía de escape a la guerra».

Se trata de 44 esquiadores y 22 futbolistas entre 12 y 17 años, además de ocho técnicos, en una expedición que abandonó Ucrania por la frontera con Hungría y desde ahí emprendió rumbo al sur, ayudados por la iniciativa del club granadino de esquí Monachil y por Jorge López, quien dirige una academia de fútbol en el país eslavo.

Con la ropa de entrenamiento del Real Valladolid, su club de acogida, los cuatro adolescentes han pisado este martes el césped del Estadio José Zorrilla y conocido los que serán sus campos de juego y entrenamiento.

Procedentes de diferentes ciudades como Dnipro, Poltava, Cherkasy y Krivoi Rog (todas ellas en el entorno del río Dniéper, en las que la guerra ha afectado, por el momento, de diferentes formas) forman parte, como ha recordado el club de fútbol, de los ucranianos que comparten «una misma historia marcada por el ruido de los bombardeos y los combates, del miedo, la pérdida».

«Vidas detenidas, personas obligadas a dejar todo atrás y comenzar lejos de su casa su superviviencia con el recuerdo de la familia y las amistades que han quedado atrás», ha recalcado el comunicado.