Hacer un bizcocho de almendra esponjoso y delicioso es realmente sencillo. Una masa aireada y con ese olor tan característico y delicado de este fruto seco, abren las puertas a una experiencia olfativa y gustativa que no podrás rechazar.
Su preparación no es para nada complicada y combinando harina, huevos, azúcar, polvo de hornear y por supuesto la más delicada almendra molida, te permitirán disfrutar de toda una caricia al paladar. No te pierdas este paso a paso y disfrutarás de un bizcocho de almendras que resultará ser una deliciosa nube en tu boca.
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Ingredientes que necesitas para preparar este esponjoso bizcocho
Los ingredientes que necesitas para la preparación de este bizcocho esponjoso de almendras, coinciden con los utilizados tradicionalmente. Sin embargo, unas ligeras variaciones y la utilización de un par de técnicas especiales, notarás el resultado diferente y delicioso.
Necesitarás: 4 huevos, 250 gramos de azúcar blanco, 250 ml de leche, 120 ml de aceite de girasol, 100 gramos de almendra molida, 250 gramos de harina de trigo, 16 gramos de polvo de hornear, 1 pizca de sal, azúcar pulverizada y almendras tostadas para decorar.
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Separar claras y yemas: el secreto para una esponjosidad superior
Los huevos son uno de los ingredientes principales para obtener un bizcocho esponjoso; y según la forma en que los prepares, será el resultado que obtendrás. En esta ocasión, es necesario separar las claras de los huevos. Haciendo esto, podrás batirlos por separado y trabajar en la esponjosidad de la masa.
Los huevos son un alimento perfecto y así como la clara aporta una buena cantidad de proteínas, la yema complementa con un significativo aporte de grasa, lo que muchas veces hace que las claras no levanten del todo. Es por esto que es mejor trabajar ambos componentes por separado para poder beneficiarse de sus propiedades al máximo.
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Así debes comenzar a trabajar los huevos
Una vez que casques los huevos, pon las claras en un bol amplio que te permita batirlas con libertad y en el que, sobre todo, quepan perfectamente una vez que comiencen a espumarse. Coloca también las yemas en un recipiente aparte.
Con la ayuda de un batidor eléctrico, comienza a batir las claras hasta que logres que comiencen a espumar. Montar unas claras perfectas es algo sumamente sencillo de hacer y con un batidor eléctrico lo puedes hacer perfectamente. Por supuesto, también lo puedes lograr con un batidor manual, pero tendrás que trabajarlo más.
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Añade el azúcar
Cuando tengas las claras comenzando a espumar, añade la cuarta parte del azúcar común. Apenas añadas el azúcar, continúa batiendo sin parar. Notarás que las claras dejan de estar tan espumosas y comienzan a montar con un aspecto más cremoso.
No pares de batir, sino hasta que tengas un merengue ligero, pero perfectamente montado, que se agarre bien del fondo del bol. Añade la otra cuarta parte del azúcar y continúa batiendo.
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Trabaja las yemas
Una vez que tengas las claras bien montadas, es el momento de comenzar a batir las yemas en el recipiente en el que las tienes reservadas.
Para batir las yemas, coloca el bol sobre otro de mayor tamaño que contenga agua caliente para proceder a un baño María. Añade el azúcar restante y comienza a batir para integrar por completo el azúcar a las yemas. Bate hasta lograr que las yemas dupliquen su volumen y tengan un color blanquecino.
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Continúa trabajando con las yemas y añade las almendras
Una vez que tienes las yemas blanquecinas y cremosas, agrega la leche poco a poco y sin dejar de mezclar. Cuando termines de añadir la leche, vierte poco a poco el aceite de girasol sin dejar de batir en ningún momento e incorpóralo por completo para que se integre perfectamente bien.
Al finalizar la integración de estos dos ingredientes, puedes añadir las almendras molidas. Para garantizar que queden bien suaves y delicadas, pásalas antes por un tamiz. Añade las almendras y remueve todo con una espátula de cocina. Forma una crema homogénea.
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El momento de añadir los ingredientes secos para la preparación del bizcocho de almendras
Cuando termines de añadir las almendras, la mezcla de las yemas estará lista para recibir los ingredientes secos. Tamiza la harina junto al polvo de hornear y una pizca de sal e incorpora poco a poco a las yemas hasta tener lista una masa homogénea.
Si tienes harina bizcochona, puedes utilizarla en reemplazo de la harina común y evitar la necesidad de usar también el polvo de hornear y la sal, pues esta harina, ya los tiene incluidos.
Tener en casa harina bizcochona puede ser de gran ayuda, ya que la tendrás a tu alcance cada vez que quieras preparar un bizcocho bien aireado, esponjoso y ligero. Aprende a prepararla en casa y utilízala cuando quieras.
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Unifica las mezclas
Con todos los pasos que has seguido, tener un bizcocho de almendras bien esponjoso será pan comido. Notarás la diferencia en cada mordisco y sentirás como es prácticamente morder una nube rica y delicada.
En este punto de la preparación, corresponde unificar las mezclas. Añade las claras montadas en un inicio a la mezcla ya formada, pero hazlo muy poco a poco y con movimientos envolventes y suaves hacia adentro.
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Hornea el bizcocho esponjoso de almendras
Vierte la mezcla del bizcocho de almendras en un molde apto para hornear. Utiliza uno que sea desmontable, así al momento de desmoldarlo saldrá más fácil. Pon un disco de papel de horno en el fondo del mismo, y engrasa las paredes con un poco de aceite.
Para esta cantidad de ingredientes, el molde debe ser de unos 23 a 25 centímetros. Una vez que viertas la mezcla en el molde y la extiendas bien para que quede pareja, llévalo al horno precalentado a 180 °C con calor arriba y abajo y hornea por unos 45 minutos.
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Termínalo y disfrútalo
Transcurridos los 45 minutos de horneado, comprueba con un palillo si el bizcocho está listo. Pincha en el centro del mismo y si sale seco y limpio, puedes retirarlo del horno. En caso contrario, déjalo por 5 minutos más y verifica nuevamente.
Cuando esté listo, retíralo del horno y déjalo enfriar durante 10 minutos. Desmolda el bizcocho de almendras y colócalo sobre una rejilla hasta que se enfríe por completo. Antes de servirlo cúbrelo con el azúcar pulverizado y con unas almendras fileteadas tostadas o almendras troceaditas; como prefieras. Estará delicioso, aromático y muy esponjoso.
Conoce las razones por las que deberías incluir las almendras a tu dieta diaria.
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