Airbus estudia la situación de sus trabajadores en Rusia y alerta del aumento en la duración de los vuelos

El presidente de Airbus en España, Alberto Gutiérrez, ha detallado este jueves que la compañía está estudiando «caso por caso» la situación de los trabajadores en Rusia, donde mantiene cerrados los centros de trabajo como consecuencia del conflicto bélico con Ucrania.

En un encuentro con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Gutiérrez ha detallado que está estudiando el impacto del conflicto para la compañía, que ha interrumpido la entrega de repuestos y software a clientes rusos. Además, ha señalado que se han paralizado las entregas de aviones a aerolíneas rusas, como es el caso de Aeroflot, que tenía previsto recibir 13 en los próximos meses, debido a las sanciones.

El directivo de Airbus ha indicado, asimismo, que el cierre del espacio aéreo de Rusia está suponiendo una ralentización del transporte aéreo, alargando los tiempos de vuelo hasta en dos horas en rutas a Pekín o Tokio.

TRABAJO GARANTIZADO PARA LOS PRÓXIMOS 8 AÑOS

Gutiérrez ha informado también de que Airbus dispone de una cartera de pedidos de 7.000 aviones, lo que garantiza el trabajo suficiente para los próximos siete u ocho años.

No obstante, y teniendo en cuenta las circunstancias actuales, ha detallado que Europa debe garantizar la disponibilidad de los suministros y encontrar alternativas que permitan mantener la producción de la industria, ya que ha apuntado que es un continente «altamente dependiente» y con una «vulnerabilidad tremenda» en cuanto a materiales primarios como el zinc, el níquel o el magnesio.

Además, ha subrayado que durante las próximas dos décadas serán necesarios al menos 40.000 nuevos aviones, 15.000 de ellos como reemplazo en aviones más sostenibles, por lo que ha augurado un futuro con buenas perspectivas.

El directivo ha indicado que después de las crisis vividas, la conclusión no es evitar la globalización, sino «hacerla con prudencia», ya que esta permite acceder al talento y mejorar la competitividad a través de los costes. «No se trata de deslocalizar como salvajes, sino de mantener capacidad industrial que permita escalar si fuera necesario».