Podemos pide al Congreso convertir la antigua cárcel de Cáceres en centro de recuerdo de la represión

Unidas Podemos quiere salvar el edificio que albergó la antigua prisión provincial de Cáceres y que se convierta en un lugar de memoria democrática y de recuerdo de la represión del régimen franquista que llevó a cientos de personas a ocupar sus celdas por motivos políticos entre 1936 y la Transición.

Con este objetivo, el grupo confederal ha registrado una proposición no de ley para su debate en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados.

Según explica el texto, este centro penitenciario, de titularidad estatal, cerró en 2009 y desde entonces sufre un importante proceso de deterioro al que llama a poner freno para que no termine siendo derribada como ocurrió, por ejemplo, con la madrileña cárcel de Carabanchel.

Unidas Podemos tampoco quiere que la prisión de Cáceres acabe siendo víctima de la «invisibilización cultural» y de un olvido, a su juicio, premeditado, como sucedió con los centros penitenciarios de Badajoz, Salamanca, Jaén o Vigo.

Por eso busca que el Congreso inste al Gobierno a buscar la fórmula para que, una vez entre en vigor la nueva Ley de Memoria Democrática, esta cárcel pueda convertirse en un lugar de recuerdo de la represión franquista y a favor de los Derechos Humanos y la paz.

REPRESIÓN DESDE EL 36

Este centro penitenciario, que se empezó a construir en 1934 empezó a recibir presos políticos en agosto de 1936 tras la sublevación militar que de inmediato triunfó en la mayor parte de la provincia de Cáceres.

«Se convirtió en un importante centro de reclusión de los oponentes políticos reales o ficticios del nuevo Estado», señala Unidas Podemos, que detalla que después de la Guerra Civil entre 450 o 500 de estos reclusos fueron fusilados y entre 150 y 200 murieron tras sus muros.

A todos ellos, también a los que sobrevivieron al encierro y a los miembros de la guerra antifranquista que también pasaron por allí quiere la formación que se rinda homenaje en el centro de la memoria que reclaman se instale en una prisión por la que durante la primera mitad de la década de los 70 pasaron también más de 200 presos políticos.