Monseñor Uriarte apela a la reconciliación

El obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte, ha apelado este miércoles a la reconciliación, que, a su juicio, va más allá del «silencio de las armas» o la convivencia pacífica, porque es «el alma de una paz sólida y estable».

Uriarte ha sido uno de los cuatro galardonados este miércoles por la Diócesis de Bilbao con las Menciones Honoríficas ‘Carmelo Etxenagusia’. De esta forma, se ha querido reconocer su aportación en el campo de la fe, la promoción de la cultura y la pacificación.

Antes de ejercer como máximo representante de la Iglesia en San Sebastián, fue obispo auxiliar de Bilbao de 1976 a 1991, y obispo de Zamora entre 1991 y 2000. En el año 1998 participó como intermediario entre el enviado del Gobierno de José María Aznar (PP) y ETA, y cuando accedió al obispado de la Diócesis de Gipuzkoa participó en los prolegómenos del proceso de diálogo entre el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y la banda.

En su discurso, al recoger hoy su galardón en la Sala BBK de la capital vizcaína, Juan María Uriarte ha destacado que sus intervenciones públicas en favor de la paz siempre han ido siempre acompañadas por «un llamamiento reiterado a la reconciliación, que es «el alma» de una pacificación «sólida y estable».

El obispo emérito de San Sebastián ha lamentado que muchos «desechen» o utilicen «con reticencia» este término, mientras lo defienden los mayores especialistas europeos en materia de paz.

Tras asegurar que no es «maniático de las palabras», ha considerado que sí hay algunas que «no son puro envoltorio», sino que «son como la piel adherida a la carne». «Reconciliación no es silencio de las armas sin más, es más. Ni siquiera es sinónimo de convivencia pacífica. Esta expresión dice mucho, pero la reconciliación dice más», ha añadido.

A su juicio, los expertos han sabido «desprenderla de sus connotaciones religiosas», que son «valiosas» para los creyentes, «pero menos acogidas en estos tiempos proclives a la increencia», y ha asegurado que no es «utiopía en el sentido negativo de este término», porque «no confunde lo imposible con lo real posible», en cambio sí es «utopía en el sentido positivo de este término».

«Hay que apuntar más alto de lo posible para alcanzar lo real posible. Unamuno decía que es necesario aspirar a lo imposible para conseguir lo posible. La utopía pura y plena es un imposible, pero es como un poderoso viento de cola que moviliza todas nuestras fuerzas y las condensa en un noble objetivo. Esta fuerza se llama esperanza. La reconciliación es esperanza activa», ha subrayado.

En su opinión, es «más un proceso que una meta». «Consciente de los obstáculos, sujeta a avances y retrocesos, lastrada por una lentitud que pone a prueba nuestra paciencia, es generadora de una sanación individual, familiar y social que va restañando grandes heridas, aunque no sepa evitar su cicatriz», ha admitido.

Monseñor Uriarte también ha puesto en valor que la reconciliación «se empeñe en ir creando confianza allí donde predominan viejas desconfianzas».

«Suscita en grupos diversos y enfrentados un noble reflejo de unión cuando se trata de asuntos graves que afectan a todos. Va preparando poco a poco los arduos caminos que inducen a pedir perdón y perdonar. Va logrando en nuestros barrios y pueblos que adversarios irreductibles, sin renunciar a lo esencial y válido de sus convicciones, compartan los mismos acontecimientos, los mismos lugares de encuentro, los mismos bares, las mismas fiestas y duelos», ha explicado.

Para poner fin a sus palabras, ha querido dejar un pregunta en el aire que, a su entender, reclama una respuesta de todos: «¿A la luz de estas señales, vamos acercándonos a la reconciliación?. ¿Estamos avanzando hacia la reconciliación?».

En el acto, también han sido galardonados con las Menciones Honoríficas ‘Carmelo Etxenagusia’ Josune Ariztondo (Cultura, educación y patrimonio), Ander Manterola la de Fe (cultura euskaldun y etnografía), y el que fuera vicario general de la Diócesis de Bilbao, Ángel María Unzueta, a título póstumo (Historia, cultura euskaldun y acción pastoral).

La ceremonia ha contado con la presencia del obispo, Joseba Segura, el Lehendakari, Iñigo Urkullu, el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, el consejero de Cultura y Política Lingüística y portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, y el subdelegado del Gobierno en Bizkaia, Vicente Reyes.