Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia salen del trabajo rodeados de prensa

Desde que este miércoles se publicase la portada de la revista Lecturas en la que veíamos a Iñaki Urdangarin con una nueva compañía, a la que ya le ponemos nombre, Ainhoa Armentia… no se habla de otra cosa. Y es que el foco mediático está en Vitoria, en el despacho de abogados en el que trabajan ambos y también en Ginebra, donde se encuentra la Infanta Cristina, discreta ante esta noticia.

Una información que ha trascendido a todos los niveles porque se trata del yerno del Rey emérito, cuñado del Rey Felipe VI y todavía marido de la Infanta Cristina… algo que no esperábamos ya que las últimas imágenes que teníamos del matrimonio fueron en Navidad y se mostraron de lo más felices y enamorados posible.

Esta mañana conseguíamos las primeras imágenes de Iñaki Urdangarin tras hacerse pública la información de su nuevo amorío con Ainhoa y lo cierto es que el exjugador de balonmano aseguraba que son ‘cosas que pasan’ y que esta gestión la van a llevar a cabo en familia ya que se trata de una dificultad.

Tras la jornada laboral, lo más esperado es que Iñaki saliese del despacho de abogados donde lleva a cabo su trabajo en Vitoria y eso se ha producido escasamente hace minutos. Callado y con el rostro cabizbajo, en esta ocasión Urdangarin no ha hecho declaraciones, pero se ha visto sorprendido por una avalancha de reporteros que buscaban su rostro y sus palabras…

Sin buscarlo, una ciudadana se ha visto ‘atropellada’ por esta avalancha de reporteros y por el mismo Iñaki Urdangarin, que no ha dudado en pararse y atender a la señora para saber si estaba bien después de caerse tras los empujones de los profesionales de la comunicación que llevan horas y horas haciendo guardia en ese despacho.

Minutos más tarde salía Ainhoa, a la que le esperaba un coche en la misma puerta del despacho de abogados para evitar andar por la calle y ser ‘presa’ fácil de la prensa. Aún así, el rostro de ella era completamente conmovedor ya que se la apreciaba descompuesta y sin saber qué hacer ante tanto interés público generado.