Ricardo, uno de los vocales del Consejo de Infancia: «Representaré a todos los menores, sobre todo, a los tutelados»

Ricardo, uno de los 34 menores seleccionados para formar parte del Consejo Estatal de Participación de la Infancia, espera «cambiar las cosas» y representar a todos los menores, en especial, a los colectivos que sufren discriminación y a los menores tutelados, ya que él ha crecido bajo el sistema de protección.

«Mi objetivo es representar a todos los menores en general, a aquellos que pertenezcan a colectivos discriminados y, sobre todo, por lo que a mí apela, a los menores tutelados, los menores en servicios de protección», ha explicado Ricardo en una entrevista.

Ricardo, que acaba de cumplir 16 años, es uno de los 34 chicos y chicas de entre 8 y 17 años seleccionados para participar en este órgano de consulta, representación y participación de todos los niños, niñas y adolescentes, adscrito al Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, que acaba de ponerse en marcha.

Ricardo cuenta que, cuando se enteró de su elección, no se lo creyó porque consideraba muy difícil ser seleccionado entre los 136 menores que se presentaron. «Cuando lo vi me hizo muchísima ilusión, me dio mucha esperanza decir: ‘Sabiendo que estoy aquí, voy a poder cambiar las cosas'», ha explicado.

DEFENDER LA DIVERSIDAD

A su juicio, el primer tema que deben abordar en el Consejo de Participación de la Infancia es «la diversidad». «Creo que hay que abogar por la diversidad, poner en boca de todo el Consejo que queremos que se apoye más la diversidad cultural, la diversidad de género y de orientación sexual», ha subrayado.

Entre los problemas que se encuentra la infancia en su día a día, Ricardo señala el tema de la educación, donde, a su parecer, «todavía queda mucho camino para alcanzar un modelo perfecto»; la «falta de respeto entre personas», los problemas familiares o la situación socioeconómica.

También le preocupa la oferta cultural, «para que cada joven pueda desarrollar su tipo de ocio» y, en este sentido, aunque le parece útil la medida del Gobierno sobre el bono cultural de 100 euros para los chicos y chicas que cumplan 18 años, él preferiría que se abogase más por apoyar la creación de nuevas asociaciones culturales, poder abrir clubs de cualquier deporte o actividad e invertir más en deportes y música.

Sobre la violencia que sufren muchos menores, Ricardo es tajante. «Me repugna», remarca, al tiempo que explica que él, al haber estado en servicios de protección, ha conocido a bastantes menores que han sufrido abusos por parte de sus padres. También lamenta la situación que viven los jóvenes que por su situación social han derivado en malas prácticas y malos hábitos.

CONSECUENCIAS DE LA PANDEMIA

En cuanto a las consecuencias de la pandemia en la infancia y adolescencia, Ricardo afirma que, a nivel personal, le ha afectado «como a todo el mundo», por «la reducción de libertad, el control exhaustivo, el miedo a que los seres queridos puedan enfermar» pero además, ha observado que la gente a su alrededor sufre «mucho más estrés y ansiedad».

En concreto, sobre los menores tutelados y la situación de desprotección que se encuentran al alcanzar la mayoría de edad, Ricardo pide que se incentive a estos jóvenes a que sigan estudiando o a trabajar pero sin dejar de estar «amparados» porque «teniendo en cuenta cómo está la situación actualmente, es muy complicado que un chaval de 18 años recién cumplidos pueda buscarse la vida solo, más aún los menores tutelados» que no tienen «un colchón» detrás.

De cara al futuro, Ricardo tiene claro que quiere dedicarse a la investigación científica aunque, además de esto, le gustaría ser «bastante activo» en asociaciones que luchen contra la discriminación, contra las injusticias y que den voz a quienes no la tienen; en definitiva, tal y como precisa, «ser un pequeño bastión de esperanza para todas aquellas personas que lo necesitan».

A los políticos les pide que «dialoguen de forma más respetuosa» y que «busquen soluciones prácticas» pero no solo reclama esta actitud para el Parlamento, sino también para el día a día en la calle. «Que todo el mundo se centre más en buscar soluciones, no en defender su postura por defenderla», ha propuesto.

Su deseo sobre el mundo del mañana es que sea un lugar donde la gente sea «más abierta de mente» y donde «se respete a todo el mundo por quienes son».