La paella -el recipiente para guardar el sabroso plato- es aunque no lo parezca uno de los instrumentos más delicados de las cocinas. Los que más a menudo las usan saben bien de la importancia de conservar adecuadamente estos utensilios para que al próximo uso sigan estando perfectas para su uso. Aunque no te lo creas, la mal llamada paellera -esta sería una mujer que la prepara- va a influir directamente en el sabor de nuestro arroz.
Y no te preocupes, si has venido a este artículo buscando cómo conservar la paella -el plato de comida- también te lo vamos a explicar, así como la mejor manera de recalentarla. Si sigues los consejos que vamos a darte a continuación podrás comértela sin perder un ápice del sabor original. Algunos dicen que incluso está más buena el día después. Te explicamos por qué.
3PARA CONSERVAR, MEJOR CONSERVA UNA PAELLA CON BUENOS INGREDIENTES
Lógicamente, para conservar bien tu paella y mantener su sabor partimos de la base de que tu paella tenía buen sabor. Para ello, como siempre, te aconsejamos hacerte con los mejores ingredientes posibles. La calidad de los mismos influirá casi tanto como el mimo con la que la cocines a la hora de valorarla como plato. Y cuanto peor sean estos ingredientes peor se van a conservar.
Por eso, por ejemplo hay que apostar por un arroz de buena calidad y que sea el más adecuado para el tipo de preparación. En este caso para hacer una paella en condiciones hay que usar el arroz bomba, uno largo y aromático para salteados, un arborio o carnaroli para risottos, etc. Y por supuesto mucha atención a la cocción.
CÓMO CONSERVAR TU PAELLA
Para aquellos que quieren guardar no el recipiente, sino el arroz de un día para otro, tienen que saber que hay ciertas precauciones que tenemos que tomar antes de conservar nuestra paella. Si bien no es bueno introducir el arroz directamente en una fiambrera estando todavía demasiado caliente, tampoco debemos dejar el arroz de la paella a temperatura ambiente más tiempo del necesario, mucho menos en verano.
Debemos acelerar el enfriamiento trasladándolo de recipiente, a una bandeja o fuente, removiéndolo con suavidad. Una vez frío hay que guardarlo en recipientes herméticos en la nevera, o incluso congelarlo. Por eso insistimos en la calidad del arroz: tiene que ser un cereal que aguante estos cambios de temperatura sin perder calidad.