El Ministerio de Trabajo se reunirá mañana con sindicatos y empresarios para seguir negociando la reforma laboral en plena polémica por el liderazgo de esta negociación entre las vicepresidentas primera y segunda, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, respectivamente, y después de que el encuentro de ayer entre los dos partidos de Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, se saldara sin un acuerdo acerca de los cambios que se quieren hacer en la legislación del mercado de trabajo.
Hace ya tiempo que Trabajo acordó con los agentes sociales reunir todos los miércoles la mesa de reforma laboral. La de mañana, por tanto, es una reunión más del calendario de negociación, pero es la primera que se produce tras denunciar Podemos la ‘injerencia’ de Calviño en esta negociación y de que el presidente Pedro Sánchez haya arropado a su vicepresidenta primera alegando que ésta será una reforma de todo el Gobierno y que debe contar con el visto bueno de la CEOE y no sólo de los sindicatos.
Por su parte, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo no ha renunciado a su objetivo de derogar la reforma laboral de 2012 pese a la oposición de la CEOE y de algunos miembros del PSOE. El pasado sábado, Díaz dejó claro que derogará la reforma del PP pese a todas «las resistencias» y ayer pidió al PSOE que «se aclare».
«Hay una parte del Gobierno que sigue discutiendo a día de hoy los contenidos (de la reforma)», denunció Díaz, que recordó a Sánchez el acuerdo al que llegaron en diciembre en torno al ‘Componente 23’, el de la reforma laboral, para su inclusión en el Plan de Recuperación, remitido a la Comisión Europea.
Para Díaz, este debate «no va de quién lidera», sino «de qué» se va a hacer en «la principal reforma del mercado de trabajo» en España.
Mientras tanto, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha dejado claro que el Gobierno tiene que hablar «con una sola voz» y mantener una «adecuada coordinación y una buena cooperación» entre ministerios.
«Lo importante no es que, en un momento determinado, se exprese uno u otro ministro, sino que se exprese la posición del Gobierno, y para eso es preciso que haya una adecuada coordinación y una buena cooperación y una representación de todos los ministerios implicados en cada uno de los asuntos», señaló Calviño.
Tras estos cruces de declaraciones entre unos y otros, ayer se celebró la reunión de urgencia que había solicitado Podemos al PSOE por lo que consideran «injerencias» de Calviño en la negociación de la reforma.
El PSOE y Unidas Podemos no lograron cerrar un acuerdo sobre cómo acometer la reforma laboral, sobre qué alcance debe tener y, sobre todo, sobre quién debe implicarse de forma directa en su elaboración y liderar la negociación.
Los ‘morados’ mantienen que debe ser la vicepresidenta Díaz la que lleve el asunto, mientras que los socialistas siguen pidiendo la implicación del Gobierno «en su conjunto».
BRUSELAS «MIRARÁ EL PRODUCTO FINAL»
Más allá de las diferencias entre Podemos y PSOE, lo cierto es que España se ha comprometido con Bruselas a modificar la legislación laboral antes de que finalice este año.
El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, de visita en Madrid, ha expresado este martes su confianza en que esta reforma laboral responda a las preocupaciones de Bruselas por la segmentación del mercado de trabajo y el elevado número de contratos precarios sin debilitar el dinamismo del sistema y las empresas españolas.
«No tememos nada en especial», ha subrayado Gentiloni, donde ha recordado que la reforma de las pensiones y especialmente del mercado laboral para abordar la segmentación son recomendaciones tradicionales de Bruselas a España.
El comisario europeo ha indicado que espera que el Gobierno aborde en las negociaciones aún en curso con los agentes sociales el problema de la dualidad del mercado laboral y del elevado número de empleos precarios, así como la mejora del mecanismo de negociación colectiva, aunque «sin debilitar el dinamismo del sistema español y de las empresas».
«La Comisión evaluará el producto final, no lo que circula informalmente. Miraremos a la propuesta legislativa», ha advertido Gentiloni, para quien el método elegido por el Gobierno español de tratar de construir una propuesta a través del diálogo social «es un buen método», ya que, sobre todo cuando se trata de reformas delicadas, contar con el apoyo de los agentes sociales, además del parlamentario, dota de mayor fuerza a las propuestas.
En cualquier caso, el comisario italiano ha recordado que, si bien la Comisión tiene que ser razonable en su evaluación, en última instancia los objetivos y compromisos asumidos deben figurar para no socavar un éxito sin precedentes en la historia europea como es la emisión conjunta de deuda.
SIN REFORMAS NO HAY FONDOS
«Ser complaciente puede poner en peligro algo muy importante para el éxito europeo (…) Miraremos el panorama general, pero los compromisos asumidos deben estar allí», ha subrayado.
A este respecto, ha señalado que la Comisión tradicionalmente ha emitido sus recomendaciones específicas para los países, que normalmente son tomadas en serio, pero no siempre completamente implementadas, pero ahora lo completamente nuevo es que estas recomendaciones están conectadas con «la potencia de fuego fiscal», así que hay que abordarlas porque sobre la mesa hay millones de euros.