Por qué sentarte recto en la silla no es tan saludable como nos dicen

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¿Sabías que fue en 1884 cuando por primera vez un científico se preocupó por la forma en la que los seres humanos se sientan? Este científico se llamaba Staffel y era de origen alemán. Se trató de un experto en ortopedia, quien tuvo la idea de que había que tratar de sentarse manteniendo una determinada relación entre la parte superior y la parte inferior de nuestro cuerpo.

De hecho, Staffel fue el que indicó que la forma correcta de sentarse debía ser en un ángulo de noventa grados, manteniendo un apoyo en la parte lumbar del cuerpo. En función de esta teoría, comenzaron a fabricarse sillas que permitían que la inclinación de las dos partes del cuerpo fuera la sugerida por este ortopedista, y es por ello que las sillas, hasta el día de hoy, se fabrican de la forma en que se hacen. Sigue la lectura para que te enteres de más datos.

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Lo que han dicho los científicos

Los científicos han llegado a la conclusión de que mantener un ángulo de inclinación más abierto va a hacer que disminuya la tensión en los músculos, y se relaja la presión que tienen que soportar las vértebras de tu espalda, evitando la aparición de esas dolencias tan molestas en la espalda.