El rey Felipe VI ha reivindicado a la Corona como «puente entre pasado, presente y futuro» que simboliza la «continuidad» de la «comunidad política, cultural y humana» que es España, a la que ha definido también como una «nación vinculada por pasado, presente y futuro».
En su discurso de la tradicional Ofrenda al Apóstol en este domingo 25 de julio, el monarca ha ensalzado la figura de Santiago, patrón de España, como símbolo de «la unidad». «Alrededor de él, como en los abrazos que le dedican los peregrinos, se unió España y se unió Europa», ha agregado, en la parte de su intervención realizada en gallego.
Precisamente, Felipe VI ha ensalzado las «lenguas y culturas» de España, a las que concibe como una «obra colectiva en la que los sueños de muchos antepasados se plasmaron en una convivencia democrática».
Ante el resto de miembros de la familia real –aparte de la reina Letizia, han asistido a la ceremonia, y por primera vez, la princesa Leonor y la infanta Sofía– y las autoridades, el monarca ha apelado en su discurso a los diversos caminos de Santiago, que «han sido siempre expresión del deseo y la voluntad de formar una comunidad».
VUELTA A LA CATEDRAL
La tradicional Ofrenda al Apóstol ha vuelto en este primer Año Santo a la Catedral compostelana. Y es que los dos años anteriores se había realizado en la Iglesia de San Martiño Pinario por las obras en el interior de la Basílica.
Felipe VI se ha referido a la Catedral como ese lugar en el que «convergen todos los caminos y donde habita para la eternidad el Apóstol Santiago». «En torno a su memoria se yergue una catedral majestuosa que representa la búsqueda de un ideal compartido por millones de personas, una catedral que representa también una victoria de la esperanza sobre todas las ‘negras sombras’ de las que se lamentaba Rosalía de Castro», ha subrayado.
También ha destacado de los itinerarios jacobeos su «fuerza para atraer y reconfortar a gentes de todas las épocas, procedencias y motivaciones». «La cultura jacobea nos recuerda, además, la capacidad de los hombres y mujeres anónimos para moldear la historia de forma tan imperceptible como intensa», ha dicho posteriormente.
LA COVID, UNA «SITUACIÓN DESCONOCIDA»
Pero el rey también ha tenido palabras para abordar la crisis sanitaria de la covid-19: «Una de las experiencias más duras que guardamos en una memoria». «En muy poco tiempo nos vimos inmersos en una situación desconocida que ha cambiado hábitos, costumbres y rutinas y, sobre todo, que ha llevado al corazón de muchas personas temores, incertidumbres, preocupaciones y, en muchas ocasiones, tristemente, un profundo dolor por quienes nos dejaron».
Por eso, en momentos como este, Felipe VI ve «imprescindible» tener «faros que alumbren y que marquen la dirección en la oscuridad». Uno de ellos, ha dicho, lo representan «los ciudadanos que, con su solidaridad y entrega, con un gran sentido cívico, volcaron todos los esfuerzos ayudando a sus semejantes».
En este contexto, ha apelado «a la protección del Apóstol» con «el ruego de que nos ayude a mantener viva la esperanza de recuperar la normalidad». «Quiero reiterar en esta Ofrenda el orgullo y el respeto que, como español, siento por nuestro pueblo, por su determinación para superar definitivamente esta situación, por su voluntad para seguir construyendo el futuro que merecen nuestros ciudadanos», ha recalcado.
CULTURA XACOBEA
Además, el jefe de Estado ha ensalzado la «cultura xacobea que inspira desde Galicia la unidad de España, su cohesión y su progreso», y ha reivindicado el «proyecto europeo», que «irradia ahora un mensaje que debe ser atendido»: «Nos dice que los pueblos se construyen sobre su personalidad y también sobre lo que tienen en común con otros pueblos, con ese sentimiento de fraternidad». Ambos son «pilares» para «afrontar retos como el actual».
Con respecto a la Corona, representada este 25 de julio por la familia real al completo, el rey ha asegurado que «simboliza su carácter de puente» entre «pasado, presente y futuro». «La Corona, que estuvo en los inicios de la tradición del Camino en la lejana Edad Media, impulsa los valores de la cultura xacobea con la mirada puesta en ese porvenir», ha incidido.
«Hoy, Día de Santiago, en un nuevo Año Santo Compostelano, le pedimos ayuda al Santo Patrón de Galicia y de España para cultivar sin descanso esos principios, para cimentar los caminos de unidad, solidaridad y concordia que aseguran nuestra convivencia en democracia y libertad», ha concluido el monarca.
FINAL DE LA CEREMONIA
Tras las palabras de Felipe VI, el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, ha pronunciado una homilía en la que ha invocado la intercesión del Apóstol para que «todos los pueblos de España» mantengan una «convivencia fraterna» y no olviden sus «raíces».
Hacia el final de la misa, los reyes y sus dos hijas se han acercado a la figura del Apóstol y han intercambiado unas palabras con el arzobispo. Antes de la pandemia, era tradición que quien realizase la Ofrenda –el monarca o su delegado regio– realizase el abrazo a la figura de Santiago, pero esto ha sido uno de los gestos suprimidos tras la irrupción del coronavirus.
Lo que sí ha cumplido ha sido el balanceo del ‘botafumeiro’ sobre las cabezas de todos los presentes y ante las atentas miradas de la princesa Leonor y la infanta Sofía.
CEREMONIA PREVIA A LA OFRENDA
Con carácter previo a la propia Ofrenda, Santiago de Compostela ha vivido en su día grande el habitual desfile militar y de recepción de los reyes
Felipe VI y Letizia, en un coche, y la princesa de Asturias y la infanta, en otro, han llegado al Obradoiro pasadas las 12,00 del mediodía. Los vehículos han aparcado frente al Arco de Xelmírez y la familia real ha saludado a los casi 200 asistentes que han proferido los primeros vítores de ‘¡Viva el Rey! ¡Viva España!’ desde los pies de la Catedral.
Luego se han dirigido a la entrada del Hostal dos Reis Católicos, donde han sido recibidos por diversas autoridades: la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño; la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; el presidente del tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el titular del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices; y el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, entre otros.
Los reyes han ocupado el podio real para escuchar el himno de España frente a las tropas, compuestas por la Compañía de Honores de la Brilat y la Sección de Infantería de la Marina de Ferrol. Posteriormente, Felipe VI ha pasado revista a las tropas dispersas a lo ancho de la plaza.
Terminado el paseo junto al Rectorado de la universidad, siete cazas de la Patrulla Águila del Ejército del Aire ha sobrevolado los cielos del casco histórico y los han pintado con los colores de la bandera española.
Una vez el jefe del Estado se ha vuelto a reunir con la reina y sus dos hijas para posar ante las cámaras, han saludado a las diferentes personalidades presentes a los pies del Pazo de Raxoi, paso previo al acceso a la Catedral para dar comienzo a la Ofrenda.
VISITA A RAXOI
Una vez concluida la misa, la comitiva compuesta por la familia real y las autoridades civiles han vuelto a salir de la Basílica por el Pórtico de la Gloria para cruzar la Praza do Obradoiro entre nuevos gritos de ‘¡Viva el rey!’.
En el Pazo de Raxoi, Felipe VI ha firmado en el Libro de Oro del Ayuntamiento de Santiago en un íntimo acto ante las autoridades.
Una vez fuera, la reina, la princesa y la infanta se han embarcado en sus respectivos coches, mientras que el monarca se ha dirigido al Hostal dos Reis Católicos para participar en una comida junto a otras personalidades civiles y políticas.