El cuidador juzgado por presuntos abusos sexuales niega las acusaciones

Un hombre de 57 años acusado de abusos sexuales ha negado este miércoles, ante un tribunal de la Audiencia Provincial de Palma, que forzase a un hombre con discapacidad a practicarle una felación dentro de un vehículo, y ha atribuido la denuncia de unas mujeres que llamaron a la Policía a un malentendido por lo que se podía ver desde fuera del coche.

El hombre, que se enfrenta a una petición de nueve años de cárcel, ha defendido en el juicio su inocencia y ha asegurado que en el vehículo no ocurrió nada. Según su versión, se recostó en el asiento para descansar, por unas molestias que tenía debido a un tratamiento médico, y mientras la víctima –de la que él era el cuidador– le estuvo molestando. «Yo le dije que por favor me dejara descansar», ha contado.

Siguiendo con su relato, se quedó dormido y se despertó cuando le sacó la Policía y le comenzó a interrogar. «No sé lo que querían de mí», ha declarado. El hombre cree que las mujeres que llamaron a la Policía malinterpretaron algún gesto de la víctima.

El acusado también ha dicho que la víctima siempre era cariñoso con él, y que solía tratar de abrazarle, pero que él le decía que se comportase.

Durante el juicio tanto la Fiscalía como la defensa han renunciado al interrogatorio de la víctima, un hombre con un grado de discapacidad intelectual del 83,5 por ciento, ante las evidentes dificultades para llevar a cabo la toma de declaración.

Por su parte, las mujeres que llamaron a la Policía han mantenido que les pareció de forma inequívoca que el acusado estaba forzando a la víctima a practicarle una felación, si bien no llegaron a verlo de manera directa.

Las testigos fueron al coche que estaba estacionado junto al vehículo en el que supuestamente ocurrieron los abusos. La que conducía ha explicado que vio a una persona con discapacidad y a otro hombre recostado que le agarraba la cabeza y le obligaba a bajar con movimientos que le dieron a entender que le estaba forzando.

«Nos pusimos nerviosas y llamamos a la Policía, y no nos movimos hasta que llegaron», ha contado la mujer, que se ha mostrado completamente segura de que estaban ocurriendo abusos.

La mujer que se sentaba en el asiento del copiloto, y que estaba más cerca del vehículo del acusado, tampoco llegó a ver los genitales del hombre porque «tendría que haber estado encima» para poder verlo, pero «era más que evidente». «Nos íbamos acercando y el hombre no paraba», ha dicho, manifestando no tener «ninguna duda» de lo que contó.

Además esta mujer ha afirmado que cuando el hombre bajó del coche tenía la bragueta abierta, algo que no ha corroborado la Policía. Uno de los agentes ha apuntado que el acusado «estaba tranquilo» y que parecía que no sabía por qué estaba ahí la Policía.