El programa de educación afectivo-sexual en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) ‘Ni ogros ni princesas’, impulsado por el Gobierno de Asturias, ha sido reconocido por la Comisión Europea como Mejor Práctica en educación sexual para adolescentes, tras superar una auditoría externa que valora la investigación continua y la evaluación del proceso por alumnado y profesorado.
La institución europea considera que esta iniciativa constituye «una intervención novedosa que genera satisfacción y utilidad en la comunidad educativa», señalan desde el Ejecutivo autonómico en nota de prensa.
La Comisión Europea destaca, además, «la realización de trabajos de investigación sobre el programa publicados en la revista de prestigio internacional Global Health Promotion, con factor de impacto y revisión por pares».
«Esta experiencia marca la diferencia en este tipo de intervenciones de educación para la salud y, en especial, en el ámbito de la educación sexual. En concreto, en esta publicación se difundieron tres estudios en 2012, 2014 y 2019″, señalan desde el Principado.
Uno de los responsables del programa y enfermero de la Dirección General de Salud Pública José García Vázquez ha afirmado que «este reconocimiento permite trasmitir el conocimiento del programa y que pueda implementarse en otros sitios, de tal manera que se avance en la salud en Europa y se colabore con los objetivos de desarrollo sostenible en promoción de la salud y educación sexual».
Esta distinción también consolida la trayectoria del programa, que utiliza metodología activa y participativa con sesiones en el aula, talleres externos, y actividades para familias y de colaboración comunitaria, dando protagonismo al alumnado y profesorado.
El programa ‘Ni ogros ni princesas’ es una iniciativa diseñada hace doce años por las consejerías de Salud y Educación, junto con el Instituto Asturiano de la Mujer y en colaboración del Consejo de la Juventud, para proporcionar formación afectivo-sexual al alumnado de la ESO. Los ejes transversales son la salud y el placer, el fomento de la autoestima y la autonomía, la libertad de elección desde el conocimiento, la igualdad de mujeres y hombres, y el respeto a la diversidad sexual.
Más de 60.000 estudiantes han participado en el programa desde su inicio, en el curso 2008-2009, y unos 2.000 docentes de 71 centros educativos han colaborado en su implantación.