Aceite o mantequilla: ¿Qué es mejor para la bechamel de unas croquetas?

La bechamel es una de las salsas predilectas de la gastronomía mundial. Base para un multitud de platos, esta receta cuyo origen se pelean Francia e Italia tiene una receta universal, pero hay quienes usan mantequilla y otros que les ponen aceite.

Esto, lógicamente, implica ciertos cambios en la bechamel que preparemos: desde el número de calorías hasta el sabor. La decisión estará en tu mano, pero si quieres saber qué le vendrá mejor a la salsa, si el aceite o la mantequilla, continúa con nosotros.

QUÉ ES LA BECHAMEL

Ante todo, hay que especificar que la bechamel es una salsa madre. ¿Qué significa esto? Que se puede usar tal cual o se puede utilizar para elaborar otro tipo de salsa o para condimentar otros platos. Con la receta de hoy podrás cocinar la mejor de todas, sin grumo y especialmente sabrosa; ideal para cualquiera de tus platos.

La salsa bechamel, de hecho, está considerada una de las 5 salsas madre de la cocina francesa, aunque se alega que nació en Italia, ubicándose en Francia gracias a Catalina de Medicis. Esta mujer que nació en Florencia se casó en 1533 con el monarca francés Enrique II. Apreciaba la buena comida y por ello contaba con sus propios cocineros que la complacían en sus gustos culinarios, aportando nuevas ideas, nuevas recetas, innovadoras o modificando rectas ya antiguas dándoles ese toque que las hacia diferente.

Una de las cosas buenas de esta suculenta salsa es que los ingredientes para prepararla son muy básicos, y es bastante probable que no tengas ni que ir al súper para pillártelos. Si no fuera así tampoco sufras demasiado, porque son muy sencillos de conseguir, pero hay controversia con respecto a uno de ellos. ¿Aceite o mantequilla? ¿Por qué hemos de elegir uno u otro? ¿Hay diferencias en cuanto al sabor, el número de calorías o la suavidad? ¡Pues claro! Te contamos cuáles.

Bechamel Para Tu Lasaña Con Mantequilla O Aceite.

LOS INGREDIENTES DE TU BECHAMEL -CON O SIN MANTEQUILLA-

Los siguientes ingredientes, muy fáciles de conseguir en cualquier supermercado -si es que no los tienes en casa-, son los que necesitarás tener a mano a la hora que decidas elaborar tu salsa bechamel. 

Necesitarás una cebolla grande, una chorreón de aceite o una cucharada de mantequilla o de aceite -a decidir por los motivos que hoy te daremos-, unos 50 o 60 gramos de harina, medio litro de leche, nuez moscada, una cuchara de moka y pimienta blanca junto con otra cucharada de moka y sal.

CAMBIAR LA MANTEQUILLA POR EL ACEITE LA HACE MÁS SALUDABLE

Sustituir las grasas saturadas de la mantequilla por las poliinsaturadas del aceite de oliva suele ser una buena idea. Nuestra recomendación es evitar el virgen extra y utilizar un aceite de oliva de sabor discreto, incluso uno de girasol o sésamo puede funcionar.

Has de saber que la mantequilla aportará un valor calórico mucho más elevado a tu plato que el aceite. Si estás de dieta o no quieres pasarte con las grasas, te recomendamos que optes por un poco de oro líquido para preparar tu bechamel.

El Aceite Es Más Saludable Que La Mantequilla A La Hora De Hacer Una Bechamel.

UNA BECHAMEL CON UN SABOR ALGO MÁS LIGERO

Realmente, los amantes de la bechamel te dirán que lo suyo es prepararla con mantequilla, ya que se obtendrá un sabor muy agradable y característico. En la versión con aceite, sin embargo, saldrá una bechamel mucho más suave. 

Aparte del resto de diferencias ya señaladas, dicha suavidad de una bechamel u otra te puede empujar a seleccionarlas según el plato al que vayan a acompañar. De esta manera, si quieres usar la bechamel con un pescado quizá te vendría mejor la preparada con aceite; si es para una lasagna la de mantequilla te dará el toque tradicional.

Bechamel Ligera Con Aceite

OTROS INGREDIENTES PARA CAMBIAR DE LA BECHAMEL, MANTEQUILLA APARTE

Si queremos una bechamel con menos calorías, sin gluten o apta para veganos, existe siempre una alternativa. Por ejemplo, si queremos reducir las calorías que aporta la versión más tradicional de la bechamel, podremos sustituir algunos de sus ingredientes por otros menos calóricos.

Aparte de la mantequilla por el aceite, podríamos cambiar la leche entera por leche semidesnatada o incluso desnatada y utilizar harina integral en vez de la tradicional. Con cualquiera de estos gestos, conseguiremos una bechamel de similar sabor y textura, pero que nos proporcionará una mejor digestión.

USOS DE LA BECHAMEL

Tanto la de aceite como la de mantequilla, la bechamel puede utilizarse en un gran número de recetas. Se usa sobre todos para gratinar pastas y vegetales, pero también con pescados o para espesar cremas, salsas y guisos.

También está la famosa adaptación a la croqueta. Sea como fuere, has de saber que según elijas aceite o mantequilla tendrás menos o más sabor, más o menos suavidad… más o menos calorías. Así que dependiendo tus necesidades, gustos y los de tu plato, tendrás que elegir. ¡Bon apetit!