La Fundación Jiménez Díaz pone en marcha iniciativas para reducir el impacto medioambiental

La Fundación Jiménez Díaz ha puesto en marcha un programa para reducir el impacto de la asistencia sanitaria sobre el medio ambiente mediante la puesta en marcha de varias iniciativas en distintos ámbitos de la actividad del hospital para la reducción de la huella de carbono generada por la práctica sanitaria.

En concreto, el proyecto MAS+, Medio Ambiente y Salud contempla diferentes medidas encaminadas a este objetivo como la implementación de sistemas sostenibles de energía y mejoras en el uso de gases anestésicos e inhaladores, así como la aplicación de protocolos de reciclado y esfuerzos en investigación, concienciación, comunicación y promoción de la digitalización.

El centro sanitario ha declarado así ‘la emergencia climática’ con el fin de concienciar sobre la necesidad de poner en marcha un modelo sostenible y con amplia repercusión e impacto que ayude a disminuir la huella de carbono y mejorar así el cambio climático.

En este sentido, el principal impulsor del proyecto y jefe asociado del Servicio de Neumología en el hospital madrileño, el doctor Felipe Villar, ha recalcado que el sector de la salud genera el 4,4 por ciento de las emisiones que producen la huella de carbono a nivel mundial, «tanto que, si fuera un país, sería el quinto productor de ésta en el mundo».

«El personal y las instituciones sanitarias debamos hacer un ejercicio de responsabilidad y ser los primeros en abogar y contribuir a mejorar el cambio climático y así proteger la salud de nuestros pacientes», ha subrayado.

En este sentido, ha explicado que el programa MAS+ puesto en marcha a principios de este año «contempla el diseño y desarrollo de varias iniciativas en distintos ámbitos de la actividad del hospital para la reducción de la huella de carbono generada por la práctica sanitaria en lo que se refiere a la sostenibilidad del centro y los actos médicos».

ACCIONES EN MANTENIMIENTO Y ACTIVIDAD SANITARIA

En esta línea, ha puesto en valor la apuesta por la ingeniería y mantenimiento, con la implementación de sistemas sostenibles de energía que lo hacen más eficiente para disminuir la huella de carbono, o la apuesta por mejoras aplicadas en el uso de gases anestésicos e inhaladores y en los protocolos de reciclado o el incremento en la indicación de fármacos anestésicos menos dañinos para el medioambiente frente a aquellos como el óxido nitroso o los gases fluorados, que generan mayor huella de carbono.

Sobre este último, ha incidido en el incremento en la prescripción y manejo de fármacos broncodilatadores o corticoides mediante dispositivos de inhalación que generen menos efecto invernadero como son inhaladores de polvo seco (DPI) o de niebla fina (SMI) en detrimento de los de dosis medida presurizados (pMDI), que utilizan como propelentes los hidrofluorocarbonos.

Según ha explicado, «el uso de un inhalador pMDI durante un mes, periodo para el que suele prescribirse, equivale a la huella de carbono que genera un coche que debe recorrer una distancia de unos 300 kilómetros, mientras que la utilización el mismo tiempo de un inhalador DPI o SMI genera la que recorrería el mismo vehículo a lo largo de solo 6 kilómetros».

También ha destacado el reciclado de fármacos y envases, marcando como el reto diseñar «protocolos adecuados para que el beneficio en el paciente sea real y que no solo haya una indicación terapéutica, sino un aprendizaje». En este sentido, ha resaltado la importancia de una buena información y educación en el uso de sobrantes de fármacos.

Igualmente, ha destacado como otra de las áreas clave de la iniciativa la concienciación y la comunicación. «Tenemos que informar muy bien a la población de que la mejora del cambio climático no va unida solamente a una mejora del medioambiente, sino también a una prevención de sus enfermedades, y que para ello es tan importante reducir la huella de carbono y la contaminación como tener una vida saludable», ha indicado.

Un reto, ha indicado, ante el que el colectivo sanitario y el sector hospitalario deben tomar la iniciativa en este tipo de recomendaciones y siendo ejemplo también de otro tipo de estrategias que contribuyen igualmente a este objetivo, tales como la promoción de la digitalización.

«Apostar por los servicios no presenciales, realizar una teleasistencia o una e-consulta, trabajar en digital, sin papeles, o empoderar al paciente como gestor de su propio proceso de salud a través de una aplicación que optimiza la comunicación con el hospital disminuyendo desplazamientos a este es otra forma de reducir la huella de carbono que genera la atención médica porque utiliza menos recursos productores de la misma (electricidad, papel) y minimiza el uso de vehículos que emiten gases de efecto invernadero», ha señalado vinculando la innovación a la mejora del medioambiente.

De este modo, pretender convertir a la Fundación Jiménez Díaz en «un ejemplo para el resto de sectores, sobre todo de la salud, a la hora de reducir la huella de carbono, revertir el cambio climático y proteger así la salud de la población y de los pacientes». «Cuidar el medioambiente también es proteger la salud, tanto en prevención como en curación», ha concluido Villar.