La pandemia provoca una mayor aceptación en el uso de la IA y nuevas apps

Los ciudadanos europeos han experimentado una mayor aceptación de la tecnología como consecuencia directa de la pandemia, según se desprende del informe ‘Tech Insights’, elaborado por el Center for the Governance of Change de IE University.

Así, el estudio señala que, un año después de la irrupción del COVID-19, los ciudadanos se muestran más dispuestos a renunciar a cierta privacidad y a aceptar la utilización de inteligencia artificial (IA), especialmente en el ámbito político, como evidencia el hecho de que uno de cada dos europeos se muestre a favor de sustituir a los diputados por robots.

El informe, que basa en una encuesta realizada en once países (ocho de la UE, Reino Unido, Estados Unidos y China) en enero de este año a 2.769 personas, analiza las opiniones de la ciudadanía sobre el modo en que la tecnología afecta a la vida en materia de automatización, democracia e influencia de las grandes empresas tecnológicas.

La investigación reveló que el 51% de los europeos y el 31% de los británicos son partidarios de sustituir a los diputados por algoritmos de IA; una gran mayoría de los europeos (72%) y británicos (64%) desearía utilizar el teléfono para votar en las elecciones; y un tercio de los europeos preferiría que un algoritmo de IA decidiera el importe de su prestación social o le autorizara el visado para trabajar en el extranjero a que lo hiciera un funcionario ‘humano’.

Además, más de un tercio de los europeos y casi un cuarto de los británicos preferiría recibir un paquete de un robot que de una persona; mientras que el 42% de los europeos y el 40% de los británicos muestran su apoyo al uso de tecnología facial para verificar la identidad de los ciudadanos.

Frente a las grandes empresas tecnológicas, el informe señala cierta desconfianza entre la población, que se manifiesta a favor de endurecer la regulación de su actividad. Así, más del 65% de los europeos y el 69% de los británicos son partidarios de gravar a las tecnológicas con un impuesto especial.

Con respecto al año pasado, hay más europeos (42%) y británicos (40%) que consideran que los Gobiernos deberían limitar el tamaño del grupo de los GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple) o, al menos, obligarles a segregar negocios; mientras que los británicos se oponen de forma a que Facebook se convierta en un gigante de la mensajería privada y unifique sus aplicaciones, entre otras conclusiones.

«Este año se observa una opinión significativamente más negativa de las grandes empresas tecnológicas y su función en la sociedad. Nunca antes tantos europeos se habían mostrado a favor de limitar o segregar sus actividades y de gravarlas con más impuestos», afirma Oscar Jonsson, director académico de Center for the Governance of Change de IE University.

«En paralelo, a raíz de la pandemia dependemos más de los productos que suministran y de la digitalización en general, lo que pone de relieve la dualidad de la demanda de artículos digitales, pero también un malestar creciente ante la escasa regulación del ámbito en el que operan», concluye.