¿Notas óxido en el metal? El óxido ocurre cuando la estructura de los metales, o metaloides, se ve alterado por la irrupción de los átomos de oxígeno, de ahí el nombre de este proceso.
Básicamente el proceso de óxido de un metal corresponde al tiempo que dure expuesto a los elementos como la humedad en el aire o el agua. Algunas piezas de metal empiecen a tornarse cobrizas como señal de óxido, causando que se deterioren y su vida útil se vea reducida.
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Se le denomina monóxidos al proceso de oxidación que posee un átomo único. De esta forma comenzará a denominarse según los prefijos numéricos griegos a los óxidos que posean más de un átomo: dióxido (2 átomos de oxígeno), trióxido (3 átomos) y así.
Es preciso recordar que en todo proceso atómico, existen diferentes reacciones para diferentes interacciones. Cuando se combina un metal con el oxígeno y agua, se forman los óxidos básicos.
Mientras que este elemento pero ácido es la derivación de un no metal con el oxígeno y agua. Sin olvidar además, que la participación de un elemento anfótero da como resultado al óxido anfotérico.
¿Cómo quitar el óxido del metal?
Y es que la aparición de óxido puede acabar con la vida útil de objetos de metal como herramientas, electrodomésticos, motores u otras máquinas. La humedad, el paso del tiempo o el incorrecto almacenamiento de dichas cosas son las principales causas de la oxidación.
Para eliminarlo, podemos utilizar diversos medios que obtienen muy buenos resultados, aunque es necesario evaluar el estado de cada una de las piezas oxidadas antes de tratarlas. Ya que si se ha creado una capa gruesa que se va desconchando es mejor intentar acabar con ella primero y luego limpiar lo restante.
Existen productos caseros como el bicarbonato, el vinagre e incluso la Coca-Cola, que pueden remover el óxido del metal con mucha facilidad y de forma rápida.
La Coca-Cola es súper efectiva para quitar el óxido del metal, este producto posee elevados niveles de ácido fosfórico, que es ideal para esto. Puedes aplicarlo sobre la zona que desea limpiar con la ayuda de un cepillo de dientes viejo.
También puedes utilizar bicarbonato, solo tendrás que aplicar este producto directamente en el objeto que quieras limpiar. Dejando que actúe al menos unas 8 horas para que ayude a soltar el óxido del metal y una vez transcurrido este tiempo, puedes fregar con un poco de agua.
Otro truco consiste en aplicar vinagre, específicamente vinagre blanco. Para ello puedes llenar una cubeta con agua y mezclarla con una buena cantidad de vinagre, dejando al remojo el metal con óxido que planees limpiar, por al menos una noche entera. Ya pasadas estas horas, procede a sacar el objeto y a cepillarlo bien.
Más opciones para acabar con el óxido del metal
El ácido oxálico de las patatas también puede ayudarte a remover la acumulación de óxido del metal, en especial si se trata de pequeños objetos como cubiertos o herramientas y tornillos. Hay dos formas para llevar a cabo este procedimiento:
- La primea opción consiste en clavar el objeto directamente en la patata y dejas que el ácido oxálico haga su trabajo durante unas 8 horas o más, para después fregar con la ayuda de un cepillo duro.
- La segunda es cortar la patata en dos partes y con un poco de bicarbonato procedes a limpiar el metal oxidado.
En cuanto a cómo quitar el óxido de los ladrillos, puedes crear una pasta compuesta de glicerina sin lima, un poco de citrato de sodio, agua tibia y carbonato de calcio (tiza). Espárcela por el área oxidada y déjala secar. Después, utiliza una herramienta de metal para rasparla.
Para porcelana o cerámica, usa una pasta bórax y zumo de limón; sobre acero inoxidable, utiliza un trozo de papel de esmeril (lima de uñas) y frótalo con ella. Después con un trozo de cebolla; y para las herramientas, puedes usar diesel, dejando la pieza a remojo durante una noche y cepillando los restos, la pieza volverá a estar como nueva.
¿Y si mancho la ropa que sucede?
Esta es una tarea bastante complicada, incluso siendo casi imposible de eliminar, ya que se corre el riesgo de estropear los tejidos de la ropa. Así que lo mejor es evitar lo mejor posible que tu ropa entre en contacto con cualquier clase de superficie oxidada que esté húmeda. Aunque de todas formas existen algunas soluciones caseras que podrían ayudarte, eso sí, dependiendo de la mancha:
El zumo de limón mezclado con bicarbonato o sal, son de gran utilidad. Mezclando una cucharada sopera de bicarbonato o sal, junto con el zumo de limón. Obtendrás una pasta espesa que podrás aplicar sobre la mancha, dejando que se seque por lo menos unas 2 horas y que luego podrás enjuagar como de costumbre.
Con el vinagre hay que tener cuidado, a pesar de que es un producto sumamente efectivo limpiar casi cualquier mancha de la ropa, este puede dañar los tejidos por su alta acidez, es por ello, que se recomienda primero probar sobre una zona.