Segura espera que su nombramiento como obispo sea una «buena noticia» para la sociedad

El nuevo obispo de Bilbao, Joseba Segura, espera que su nombramiento sea una «buena noticia» para la comunidad católica y para toda la sociedad vizcaína y ha indicado que su principal preocupación y reto es «llegar» a los jóvenes y convencerles de que «merece la pena seguir el Evangelio y a Jesús».

Joseba Segura Etxezarraga ha comparecido en rueda de prensa, desde la casa de Espiritualidad de Begoña, tras haber sido designado por la Santa Sede este mediodía obispo de Bilbao, el séptimo en la historia. Tras su designación, el 3 de julio se producirá su toma de posesión en la catedral de Bilbao a las once de la mañana.

En su intervención, Joseba Segura ha recordado su origen de Bilbao, con «raíces arratianas por parte de ama» y familia afincada en el barrio «popular» de Rekalde. Según ha señalado, nació a la fe en la iglesia de Bizkaia a la que siempre ha estado vinculado, incluso cuando ha tenido que vivir fuera.

«No sé si lo que corresponde es agradecer al Santo Padre por el nombramiento, no creo, agradezco su confianza pero no están los tiempos, o, al menos, yo no los veo así, ni para aplausos ni tampoco para alegrarse», ha manifestado.

Según ha señalado, cuando recibió la noticia de que podía ser elegido «no se sintió particularmente contento» porque «lo importante no es cómo me sienta yo». Segura ha manifestado que «lo importante» y lo que espera es que sea no una «buena noticia» no para él, sino para esta «comunidad de fe» y para la sociedad de Bizkaia.

El nuevo obispo ha indicado que se encomienda a su «afecto» y a la «oración» que se hace por él para que, «poco a poco y ojalá que metiendo lo menos posible la pata pueda llegar a ser un día un buen pastor».

Joseba Segura ha señalado que la sociedad europea vive «una profunda y rápida transformación» y algunos desafíos plantean a la iglesia «cuestiones cada vez más exigentes».

«Muchos desafíos para un obispo, dentro y fuera de la iglesia, pero yo no me agobio porque siempre me he sentido acompañado y Cristo el que me ha traído aquí de manera un poco sorprendente estará también conmigo en los años que lleguen y me he sentido también acompañado por la amatxu de Begoña que protege a tantas mujeres y hombres sencillos en la sociedad de Bizkaia, que se sienten bendecidos por ella y, especialmente los momentos de dificultad la siente muy cercana», ha apuntado.

Entre los principales desafíos a los que se enfrenta la diócesis bilbaína, ha indicado que, a largo plazo, la preocupación más grande que tiene cualquier obispo y persona son los jóvenes. «¿Qué pasa con los jóvenes?, cómo vamos a ser capaces de transmitir, en un contexto cultural difícil para la fe, a algunos, ojalá a muchos que aquí hay un tesoro y una gran propuesta de vida en el Evangelio que merece la pena escuchar, recibir y poner en práctica», ha añadido.

Joseba Segura ha indicado que es lo que más le preocupa porque todo el mundo está viendo lo que ocurre en las iglesias «donde hay gente mayor que tiene una vida de fe que ha recibido de las generaciones anteriores, de sus padres, pero eso ya se ha roto». «Tenemos un reto enorme de ver cómo somos capaces, quizá con maneras diferentes, de llegar a nuevas personas y convencerles de que el Evangelio y seguir a Jesús merece la pena».

En relación al presente y futuro de la comunidad en Bizkaia, se ha mostrado convencido de que dentro de 50 años habrá comunidad católica y será «mucho más pequeña» de la actual y «mucho más identificada» porque la «gente que sea se va a sentir profundamente unida por esa identidad creyente que no estará tan compartida ni será socialmente tan reconocida en su entorno».

«Va a ser una Iglesia que quizá no va a tener una fuerza pública tan grande como la que todavía tiene, pero va tener, sin duda, una presencia significativa creyente en la sociedad de Bizkaia que sea, que va a ser muy diferente a la que conocemos ahora, entre otras cosas, porque la inmigración va a ir transformando radicalmente una sociedad que tiene pocos hijos. El tema de la natalidad es importante y eso va a afectar a esta sociedad», ha añadido.

En relación al papel del laicado en la comunidad, ha manifestado que siempre ha sido «fundamental» primero «como transmisores de la fe». «Yo estoy aquí, seguramente por muchas cosas, pero no por leer libros, porque conocía a personas en mi familia que vivían la experiencia de la fe como un valor y que indirectamente, más por su testimonio, me dí cuenta que merecía la pena vivir así», ha añadido.

Respecto a la organización y responsabilidades, Joseba Segura cree que, «poco a poco», ante esa realidad de una iglesia constituida por laicos, habrá que articular «los modos de participación». «Yo no entiendo una Iglesia que está solo protagonizada o dirigida por curas, no creo que eso tiene ningún futuro», ha manifestado.

Sobre sus tareas futuras y el nuevo plan de evangelización diocesano, Joseba Segura que ha indicado que lo primero que tocará hacer, tras tomar posesión de su responsabilidad, es toda la renovación de cargos, responsables y colaboradores más cercanos al Obispo. En concreto, ha aludido a los nombramientos de vicarios que «tocaba cambiar».

Según ha precisado, habrá un vicario general que es el «acompañante más directo» del obispo y unos vicarios territoriales. Posteriormente, habrá que constituir los consejos y, una vez renovado el gobierno de la Diócesis, seguramente en el primer trimestre de 2022 se podrá abordar el tema del plan de evangelización diocesano que quedó «interrumpido».

Sobre la figura de obispo auxiliar, ha señalado que él lo seguirá siendo hasta su toma de posesión pero, a partir del 3 de julio, «ya no habrá obispo auxiliar, habrá un obispo nada más».

Por último, ha manifestado que ha tenido ocasión de recibir la felicitación de su antecesor, Mario Iceta, con quien tiene «buena relación de amistad y confianza».