No los atrapaba nadie: Los mejores espías de la historia

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En la historia de la humanidad se ha podido presenciar a los mejores espías de los cinco continentes, sujetos que, sin lugar a dudas, eran inatrapables.

Se entiende como espías a aquellos hombres y mujeres que practican un conjunto de técnicas asociadas a la obtención encubierta de datos, información confidencial o cualquier tipo de secretos. Bien sea en una guerra o situaciones comunes, los secretos conseguidos pueden marcar el rumbo de la batalla, no necesariamente debe ser de armas, también puede ser política.

Todos los gobiernos de cada país siempre tienen algo qué esconder, algunas veces son acciones o estrategias que, de caer en manos enemigas, podrían condicionarlos completamente. Asimismo, las técnicas habituales del espionaje han sido, históricamente, la infiltración y la penetración, cuya finalidad permite el uso del soborno y el chantaje. En ocasiones, no les importa cuál sea el precio a pagar mientras la información deseada llegue a sus manos.

Vale acotar que la infiltración es utilizada para introducir unidades propias en las filas del contrario o blanco a investigar. La intención es que estos puedan suministrarles información de interés inmediato o potencial sobre las actividades, capacidades, planes, y proyectos del enemigo. Mientras que la penetración es usada, mayormente, cuando se quiere alguna información o datos confidenciales. En este caso, se utiliza a una o varias personas que estés adentro de la organización.

Los espías, a lo largo de la historia, han comprado información con dinero o con cualquier otra cosa de interés para la otra parte. Aunque hay otros que son poco ortodoxos y van directamente a la obtención de datos a través del chantaje. Este proceso se basa en coaccionar en la mente del contrario, con el fin de obligarlo a decir o hacer algo para que, contra su voluntad, colabore.

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Joan Pujol, uno de los mejores espías de guerra

No los atrapaba nadie. Los mejores espías de la historia 02

Joan Pujol es conocido como uno de los mejores espías que que participaron en la Segunda Guerra Mundial. El español, de seudónimo Garbo, trabajó como agente doble bajo el auspicio del Comité XX.

Llegó al Reino Unido en la primavera de 1942 y fue parte de una iniciativa del Sistema de la Doble Cruz hecho por la Inteligencia Británica. La finalidad de estas operaciones radicaba en capturar agentes alemanes, para después, convertirlos en agentes dobles. Estos llevarían a cabo las labores de contraespionaje y maniobras de desinformación del enemigo.

Él, siendo uno de los mejores espías, fue el encargado de convencer a los alemanes que había conseguido reclutar a un gran número de agentes en Reino Unido. Además, los hizo creer que algunos de ellos eran personas de mucha influencia y con información valiosa para su causa. Sin embargo, el éxito de la operación se basó en fabricar informes coherentes de todos los agentes que iba inventando y que, a su vez, no se contradijeran entre sí, sin perder credibilidad.

Su mejor trabajo fue convencer a Adolf Hitler y a muchos de sus colaboradores de que la invasión aliada ocurriría en el estrecho de Calais, a 249 km de Normandía. Del mismo modo, les explicó que el desembarco de Normandía era sólo una maniobra para atraer a las tropas alemanas lejos de Calais. Hitler confió en él y para cuando se dio cuenta de la mentira, la Operación Overlord ya había logrado su cometido y las tropas aliadas se habían adentrado lo suficiente.

Garbo fue condecorado con la Cruz de Hierro alemana y con la Orden del Imperio Británico. Por lo que, sin lugar a dudas, estuvo entre los mejores espías de la guerra.