El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, confía en que la Ley de Vivienda en la que trabaja el Gobierno nazca del acuerdo con su socio, Unidas Podemos, porque «hay margen de negociación».
«Yo estoy convencido de que esta ley nacerá dentro del acuerdo del Gobierno de coalición, lo creo porque hay margen para la negociación, más allá de las tácticas y de que ahora estamos en campaña, que lo sentimos, pero sobre todo porque a ambos lados de la mesa compartimos los mismos objetivos», ha señalado Ábalos este domingo en un acto sobre vivienda junto al candidato socialista a presidir la comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo.
Según ha destacado el ministro, esta Ley de Vivienda va a ser la primera en 40 años, por lo que se aprobará «bien hecha» y «sin ansiedad», pues se tratará de una «ley estructural más que coyuntural».
Además, ha dejado claro que «no es una ley de alquileres», ya que este es uno de los aspectos que abordará la ley. De hecho, sobre materia de alquileres, ha defendido la propuesta del PSOE de los incentivos fiscales a propietarios, la iniciativa «más avanzada de Europa«.
Como el problema estructural es de oferta, según ha explicado, el Gobierno pretende «incentivar la oferta privada y generar oferta pública». «Para plantear que la oferta privada se estimule, y sabiendo además que la mayoría de los arrendadores son pequeños propietarios (en torno al 85% son pequeños propietarios) y el arrendamiento no constituye su acción principal, tenemos que procurar equilibrar la situación de unos y otros», ha afirmado.
En cualquier caso, Ábalos ha dejado claro que el PSOE no ha inventado esta propuesta de incentivos fiscales, es más, «ya viene aplicándose» con una deducción del 60%. «Pero nosotros queremos hacerlo más progresivo, más justo. ¿Por qué una deducción general si las situaciones son particulares?», se ha preguntado.
No hay ningún regalo fiscal a los grandes tenedores, como intencionadamente se ha denunciado para facilitar esta comunicación simple a la que nos acostumbran; es de sentido común, si hay deducciones de IRPF, no hay ninguna sociedad mercantil que se pueda acoger al IRPF», ha defendido.
Así, lo que propone el Gobierno es una deducción del 50%, en lugar del 60% y a partir de ahí se modula en función de las características de cada propietario. Por ejemplo, si se bajan los precios de los contratos de arrendamiento los propietarios se beneficiarán fiscalmente con un 90% y con un 70% si se alquila la vivienda a jóvenes entre 18 y 35.
También, la ley establecerá qué es una «vivienda vacía», ya que a partir de ahí se podrá aplicar en el IBI un recargo para movilizar vivienda vacía y con ello aumentar el número de viviendas en alquiler. «El objetivo de la regulación de los alquileres no es perjudicar a los propietarios, sino proteger a los inquilinos, y la mejor manera de hacerlo es logrando que los arrendatarios paguen menos por su vivienda habitual, respetando al mismo tiempo el marco competencial de las comunidades autónomas», ha indicado.
En este sentido, ha recordado que a los inquilinos «les da igual» qué hagan los poderes públicos para que puedan acceder a una vivienda a un precio asequible, de ahí que el PSOE haya optado por los incentivos fiscales a los propietarios en lugar de sancionarles, ya que «las sanciones pueden provocar el efecto contrario y detraer la oferta». «Es más útil la zanahoria que el palo, y también hemos de evitar la especulación de viviendas en B», añade.
MADRID: «EL EPICENTRO DE LA ESPECULACIÓN URBANÍSTICA»
Tras su intervención sobre la Ley de Vivienda que prepara el Gobierno, Ábalos ha centrado su discurso en la Comunidad de Madrid. «Ha llegado el momento en que Madrid deje de ser el epicentro de la especulación urbanística y de la corrupción», ha deseado.
Así, ha advertido de que en estas elecciones «transcendentales» del 4 de mayo, Madrid puede convertirse, además, «en la primera región de Europa gobernada por la ultraderecha», pues ahora mismo «votar al PP es votar a Vox». «Están en el mismo monte y representan, por lo que dicen, lo mismo», alerta.
Ábalos ha criticado que el PP haya «unido su suerte» a la de un partido que, según ha destacado, «exalta el franquismo» y que «se alimenta del odio, del fanatismo». «Están tan decididos a vivir juntos que ya han empezado por lo más básico, legalizar el chalet de Rocío Monasterio», ha ironizado.
Para el ministro, la Comunidad de Madrid «no se merece este tipo de populismo que declara enemigos de la patria como quien hace la lista de la compra», una lista donde «están todos» y que a Ábalos le recuerda a «una conspiración judeo masónica».
El también secretario de Organización del PSOE ha rememorado el Madrid de los 80, cuando esta Comunidad era un «espacio de recepción» resultado de «todas las aportaciones del conjunto de España», donde todo el mundo podía «mejorar las posibilidades sin ser cuestionados identitariamente». «Ese Madrid que los que vivimos los 80 y gozamos esa década, era un Madrid de la vanguardia, de la tolerancia, la libertad, la hegemonía cultural», ha agregado.
CANDIDATURA «REVOLUCIONARIA» DE GABILONDO
Por todo ello, asegura que el PSOE pide «algo tan elemental» como que Madrid sea «gobernada desde la razón y no desde las vísceras», pues «Madrid debe dejar de ser la comunidad de la provocación permanente, la comunidad que siempre dice que no, la comunidad díscola a lo que digan no el Gobierno de la nación, sino el conjunto de comunidades». «Como si eso fuera una posición de distinción, de supremacía respecto a los demás», ha reprochado.
Y es que, para Ábalos, para gobernar no hace falta que haya un «desparpajo desmedido» como si se tratase de una cualidad, sino que se gobierne «con mucho sentido común y unas pocas gotas del sentido del ridículo» y que el candidato tenga en su frente «algunos dedos de rigor», ha dicho en alusión a Gabilondo, del que ha destacado su capacidad para la reflexión y no para entrar en la provocación.
«Ángel encarna lo que otros antecedentes nuestros, que siempre pensaron que lo más revolucionario era el respeto, y esta candidatura, a pesar de su imagen de moderación, sensibilidad y sensatez, por todo esto, es revolucionaria», ha subrayado de Gabilondo.